Kléber Mantilla Cisneros
El fallecimiento del papa Francisco permite reflexionar sobre la realidad del mundo contemporáneo y el rol de la Iglesia católica. El enfoque reformador de un jesuita latinoamericano que aplicó la humildad para guiar sin pretensiones a multitudes. Con una visión distinta frente a los pobres del mundo y un desafío a la vida clerical desde la comunidad de San Ignacio, en Argentina. Sus viajes y su mensaje de austeridad quedará en la memoria de muchos. El Sumo Pontífice, representante de Dios en la tierra, atrajo colectivamente por su prédica y las acciones humanitarias incluyentes que realizó.
La dura doctrina de la religión tuvo reformas desde la humildad de un hombre; y, a través de un papado cautivó generaciones enteras que comprendieron temas controversiales. Hay fotos de Francisco con dictadores y jerarcas de distintas religiones. Lo que muestra su flexibilidad y pragmatismo propio de un líder en una era compleja de avances tecnológicos y globalización. Poco después de asumir su rol en el Vaticano visitó Ecuador y cautivó. En esos días, el rechazo contra el autoritarismo y la soberbia del gobernante del momento era una constante. Una lección fraterna para los populistas atornillados al poder político y al dominio económico de unos pocos.
El legado del papa Francisco parte de la humildad. Un ejemplo contra la arrogancia y prepotencia de dictadores enquistados en las diversas formas de poder. De ahí la importancia de resaltar ese liderazgo desde el Vaticano con alto valor cultural y sabiduría desde la diversidad y la inclusión. El mundo actual requiere paz y afrontar el lenguaje del miedo que han impuesto los gobernantes de varias potencias económicas. Ya es hora de bajar la tensión de la guerra comercial que ha provocado incertidumbre planetaria en todos los mercados.
La actitud de integrar a los marginados implica mejorar un sistema social y político. Perfeccionar un modelo de país con sus instituciones que permita la igualdad de oportunidades y proteja los derechos individuales. Él habló desde diferentes contextos sobre la inclusión educativa y laboral, a los homosexuales, a los divorciados, a las mujeres. Una demostración de actuar con arte en las palabras que guían multitudes. Alguien que entendió la democracia, la libertad y la esencia de los valores cívicos. Adiós papa Francisco.