Jugadas interminables

Ingenuidad y creencias convierten al ciudadano en “víctima del cuento”, fabricado por  audaces voceros mediáticos de la llamada “política”, convertida en lodazal, en la que medran viejos y nuevos actores, sin importar qué ocurra con el futuro de las grandes multitudes desesperadas por falta de empleo, salud, seguridad y más.

Llegamos a esta situación porque el sistema “democrático” se desmorona en el mundo. El capitalismo renovado desde Thatcher y Reagan arrasó el planeta con el mercado de ilusiones para las masas y aceleró la acumulación de los grandes capitales, condenando a los pueblos a pagar su ceguera, en tanto los gobiernos hoy navegan en corrupción y desamparan al ciudadano.

Es conocida la manera en que el capital, propiedad de pocos, sigue apoderándose de toda la riqueza de las naciones, ofreciendo su inversión salvadora en cuanto los réditos serán infinitamente superiores para ellos y sus pequeños lacayos, ejecutando atracos con fórmulas “legales” y dejando acaso pequeñas migajas a los países.

Se anuncia la concesión de El Aromo a una generadora fotovoltaica que seguro será con 95 por ciento de beneficio para el “inversionista” y 5 para el país; además, bloquean el proyecto de una planta petroquímica, como tiene Colombia en sociedad con Venezuela. Pasa por las narices de todos, sin idea de la movida.

Un viejo lobbista  fue invitado a conocer en otro país las instalaciones de este tipo. Retornó y promovió la idea en medios acríticos, asombrando a  inocentes entrevistadores. A poco fue nombrado ministro del ramo, hasta consolidar las gestiones para que la empresa extranjera asegure el contrato y luego se marchó. Ahora es público que se firmará tal contrato y será en las condiciones comentadas. ¿El kilovatio generado costará igual al de las hidroeléctricas? Imposible, porque el capital codicioso exige el mil por ciento de lucro.