Entre México y Estados Unidos, ¿alguien le llamó a Ecuador?

José Alvear

Escuchar a la presidenta de México seguir el libreto geopolítico del Grupo de Puebla no sorprende, pero minimizar la calidad del camarón ecuatoriano que proviene de un país de 17 millones de personas y exportó 1,4 millones de toneladas al año cuando México, con 129 millones de habitantes no llega a exportar más de 60.000 toneladas anuales, raya en la estupidez.

Que alguien le explique que Ecuador hace algún tiempo es el mayor exportador mundial de camarones, justamente por su calidad y sabor.

De la misma forma pensar que aumentando los aranceles hasta un 27% a los productos mexicanos que ingresan a Ecuador vamos a conseguir la firma de un tratado de libre comercio entre ambos países es ingenuo, por decir lo menos.

En 2024, México exportó $593.000 millones, noveno exportador del mundo. ¿Qué peso pueden tener en su balanza comercial $668 millones exportados a Ecuador? Simplemente ninguno. Con ese tipo de medidas solo causamos risa.

Si las puertas de México están cerradas por el tema geopolítico, quizá tengamos que pensar en otros mercados, preparar otra estrategia y diversificar la oferta.

Para esto hay que dar herramientas y capacitación a nuestros artesanos e industriales con el único fin de ser atractivos a nivel mundial, con productos terminados y no solamente materia prima.

Sigamos el ejemplo de los tigres asiáticos que se pasan comprando materia prima a países como los nuestros, para exportar productos terminados con esa misma materia y comerse el mundo entero.

¿Qué persigue está acción que lo único que encarecerá los medicamentos que, en su gran mayoría, importamos de México?

Lo único cierto es que el país exige reactivar su comercio a través de medidas que alivianen al sector comercial y que a su vez ayuden a generar empleo.

Cargando de esta manera los costos lo único que veremos es menos renta, menos generación de empleo y más pobreza.

Señor Presidente, si quería seguir el ejemplo del presidente Trump, en lugar de aumentar aranceles, elimine el impuesto a la renta y dennos un respiro enorme y necesario, para que vengan vientos de prosperidad y dinero en bolsillo a las familias ecuatorianas.