Votación y territorio

Jorge García Guerrero

El 13 de abril fue un día particularmente divertido, ya que decidí construir un simulador que, al ir alimentando con los primeros resultados provinciales, arrojó desde muy temprano un ganador con porcentajes muy cercanos a los que hoy son oficiales (a partir de una seudo muestra). Mi cálculo falló por apenas dos puntos porcentuales, pues supuse erróneamente que el voto rural estaría en algo influenciado por los líderes de la Conaie y Pachakutik.

Con la publicación de los resultados oficiales, más allá de mi sencillo simulador, puedo enfocar el análisis en escalas más pequeñas. Encontré que entre la primera y la segunda vuelta hubo cambios significativos: Noboa pasó de ganar en 578 parroquias a 787, mientras González retrocedió de 653 a 515, y que, de las 51 parroquias en las que Iza ganó en la primera vuelta, Noboa se impuso en 40 (78%) y González en 11 (22%). Ese es el primer dato clave, pues solo en esas 40 parroquias Noboa pasó de 46 mil votos a más de 120 mil, un incremento superior al 157%. Más de la mitad de esas parroquias están ubicadas en la Sierra Centro, zona de fuerte presencia indígena y lugar de influencia de la organización a la que pertenece el excandidato Iza.

El segundo dato interesante es que Noboa no disminuyó su votación en ninguna parroquia del país, mientras que González perdió votos en 234 (17,9%), evidenciando una pérdida territorial considerable, demostrando que Noboa, consolidó y expandió su apoyo.

El tercer dato es el más interesante para quien quiera analizarlo. En el 95,7% de las parroquias aumentaron los votos válidos, en su mayoría provenientes de quienes votaron en blanco o se abstuvieron en la primera vuelta. Quienes votaron nulo mantuvieron su posición.

En resumen, la segunda vuelta consolidó a Noboa como ganador nacional, mostró su capacidad para ampliar apoyos, evidenció una ruptura entre el discurso indígena y sus bases, y dejó claro que las vocerías equivocadas de RC fueron un disparo al corazón de su candidatura.