Indecisos

César Ulloa

La mayoría de la población no sabe por quién votar para alcaldes y prefectos, mucho peor para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Los vecinos de todas las edades dicen: “no hay por quién dar un real”, “entre todos no hacen uno”, “qué desgracia”, “mejor ya llévame Diosito”. Las encuestas coinciden en que nada está resuelto hasta el día de las elecciones. La fragmentación es una realidad, debido al número de candidaturas para la misma dignidad. Por ejemplo, la composición de la Alcaldía de Quito será de todos los colores y para todos los disgustos. Se viene un escenario de alta complejidad para quien gane la contienda. Ojalá este hecho no sea motivo para el reparto de secretarías, empresas públicas, administraciones zonales y decenas de cargos. Lunas de miel fugaces y peligrosas.

La representación es de peor calidad en cada contienda debido a la inexistencia de partidos políticos. Eso se explica porque no cuentan con escuelas de formación y liderazgo. La democracia interna es una quimera y los mecanismos de financiamiento son opacos; por tanto, no hay semilleros de cuadros, deciden los mismos caudillos de siempre y la guerra de las chequeras es una realidad. La política podría cambiar si nacen partidos a tono con los retos de la sociedad. Ahora no se puede perder de vista, la penetración del narco en la vida pública. Antes se competía con ideas, ahora contra el dinero ilegal que se lava en las campañas como se advierte en países como México y Colombia. No estamos lejos de aquello.

La tiranía de los improvisados nos ha llevado al caos de hoy y al desastre de mañana si no cambian las cosas. ¿Cómo? Exigiendo a las tiendas políticas dignidad y ética al momento de armar las listas para las diferentes dignidades. No se puede avanzar como sociedad, mientras los partidos retroceden de manera acelerada y obsesionada. El voto reviste de poder a la sociedad para premiar o castigar. Por eso, cada elección es una oportunidad sin que la democracia se agote en el sufragio, pues se la construye todos los días, a pulso y de manera comprometida.