Ideología y realidad

La necesidad de un mundo racional  fue pensada por varios filósofos e investigadores de diferentes puntos de vista. Destutt de Tracy alrededor de 1794 acuñó el concepto de ideología, definiéndola como “lo que uno habla, desea o cree, el modo de tratar ciertos tópicos y participar en determinadas acciones”; un conjunto de creencias que asumen los individuos por sus experiencias sensoriales, con respecto a cómo construir una sociedad mejor.

Dentro de la praxis vital, las personas crean su propio código de creencias y saberes que les llevan a ser religiosos o políticos, o ambas cosas, y a través de eso enrumban su vida. Sin embargo en el tiempo actual parece que estas creencias y actitudes se concentran en buscar el poder para satisfacer la codicia y los egos sin importar qué.

 Los ‘valores’ tantas veces mencionados como necesidad humana solo permanecen allí puesto que, lo vigente son los signos del mercado, que creó “marcas e imagen”, quien no logra eso no es reconocido socialmente, esto a su vez explica los bochornosos comportamientos de políticos que ingresan al círculo del poder, no para servir sino para buscar  beneficios.

Lo que los ciudadanos comunes ven son máscaras, fabricadas por especialistas, que hacen de los sujetos políticos modelos bien vestidos o vestidas, maquillados y peinados. En realidad debería haber asesores en ética para que guíen y orienten a estas gentes al servicio de la verdad, justicia y honestidad.

Vivimos un escenario matizado por medios de información desinformados, o incapaces de sacar sin temor a la vista, las “ocultas” tramas de quienes mantienen a la sociedad engañada. Quizá sea válido construir verdaderos partidos políticos, de estructura democrática, con reglas y principios, que debatan ideas de beneficio comunitario y  cumplan objetivos y promesas, el sistema actual imposibilita lograrlo, con agrupaciones de amiguetes y conocidos y sin verdaderos líderes.