Honras fúnebres a Luis Alcívar Naranjo Paredes

Nos encontramos viviendo, según el mensaje bíblico y las profecías de Nostradamus y de Jalil Gibran, este último en su obra de mayor reconocimiento titulada ‘El Profeta’; tiempos de crisis de la humanidad, en los que los valores éticos y de solidaridad pierden espacio y conjugan, desgraciadamente, individualismos exacerbados.

Cabe recordar la frase de Gibran: “La amistad es siempre dulce responsabilidad, nunca una oportunidad”.

En lo universal se ha dicho que Bolívar fue el campeón de la amistad; y sin temor a equivocarme puedo afirmar que, en el contexto laboral y social desarrollado por el Dr. Luis Alcívar Naranjo Paredes, existe una corona muy resplandeciente como campeón de la amistad, abarcando el contexto filosófico con sus familiares consanguíneos, políticos, profesores, estudiantes, colaboradores y más ciudadanos que tuvimos el honor y el gusto de tratarlo.

Al cumplirse un año de su ausencia física, su presencia moral y su irradiación global en el ejercicio de las actividades de autoría y siembra están presentes cotidianamente.

Es así como las Academias de Educación General Básica y Bachillerato, el Instituto Superior, los equipos de fútbol profesional y la producción agrícola y ganadera; así como, sus textos de educación superior, son una parte del singular ejemplo de vida en cuanto al trabajo, a la generosidad y al servicio a la sociedad que cumplió a cabalidad el maestro y amigo Dr. Luis Alcívar Naranjo Paredes.

El hasta siempre y el hasta luego lo enunciamos en el recuerdo permanente y en la necesidad de seguir su luz, a efectos de que las instituciones creadas continúen y desarrollen con éxito la razón de ser de su fundador; es decir, educar y sembrar en las próximas generaciones una nueva sociedad y un nuevo país más culto y más humano.