Hombres y máquinas

Franklin Barriga López           

Ana Fernández (AFP) informa que, en las afueras de Boston, Amazon, en su laboratorio de robótica, fabrica robots y desarrolla  procesos para automatizar sus centros de distribución, con el objetivo de reducir los tiempos de entrega de pedidos, lo que ha traído inquietudes en torno al futuro del trabajo humano frente al vertiginoso avance de la tecnología.

En esta corriente, se ha logrado que un robot manipule productos con la misma destreza que las manos humanas, lo que evidencia una realidad latente y que en un futuro no lejano hará que rebaje la ocupación de personas, que serán  reemplazadas por estas máquinas convenientemente programadas, lo que generará ahorros considerables a los empleadores, entre otros los relativos a salarios, beneficios sociales y reclamaciones laborales.

En tales circunstancias, se agudizará el desempleo que, en el área latinoamericana, según cifras de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), asciende a cifras alarmantes que se agudizaron por la pandemia de coronavirus, que fue un detonante de funestas consecuencias, en el cual todavía no existe una recuperación  aceptable, por su lento avance, en este campo.

El cierre o la desaparición de medianas o pequeñas empresas impactó  directamente en el crecimiento del desempleo: cientos de millones de personas soportan actualmente los  efectos de este factor adverso que incrementa la pobreza y ocasiona, especialmente en los más vulnerables, situaciones de angustia y protesta social.

El trabajo humano está siendo —cada vez con mayor incidencia-— reemplazado por el de las máquinas, aún más si se considera el raudo desarrollo de las tecnologías, aunque esto rebaja en algo la inquietante situación: a la postre, las máquinas no pueden laborar sin la asistencia del hombre.