Hoja de ruta

La Universidad de Columbia, el más importante centro superior del mundo en materia periodística, publicó su informe acerca de la felicidad en el planeta.

De cara al 2021, el documento ubica a países del norte de Europa, Finlandia, Dinamarca, Suiza, Islandia y Holanda en los primeros lugares, como los más felices, en contraste con quienes ocupan los últimos, Afganistán y varios africanos. En síntesis, es una clasificación ecuménica del bienestar.

En el extremo superior están las naciones prósperas y, en el otro, las atrasadas. Este referente demuestra el grado de superación que han tenido o que carecen los pueblos, condicionados a circunstancias de diversa índole, siendo el sentido histórico, la paz, la educación y el esfuerzo cohesionado de sus habitantes los que determinan el progreso.

No se puede decir que en Ecuador impera la felicidad, a pesar de poseer cuantiosos recursos. Hace falta una brújula para el adelanto que conduzca a los habitantes por el camino del ascenso, partiendo de la visión patriótica y del cumplimiento de objetivos nacionales que constituyan la hoja de ruta como política de Estado, a fin de evitar improvisaciones y más desaciertos de los gobiernos de turno.

La clave está en elegir gobernantes capaces y honestos, que sepan dirigir a la Patria con autenticidad, civismo, decencia, buscando siempre el bien común y no la hegemonía de grupos hasta mafiosos, que llegan con obsesivas intenciones de saquear los fondos públicos y crear conflictos.

Inmenso reto para los ecuatorianos que demanda reflexión, responsabilidad y visión de país cuando se deposite el voto el 11 de abril, para que después no haya lamentos tardíos, estériles, frustrantes.