Si se reseña que el Licenciado Galo Martínez Merchán fundó los Diarios Expreso y Extra de Guayaquil, se estaría comunicando una despedida incompleta. El Licenciado Martínez fundó también Diario LA HORA.
Esta Casa Editorial, que cumplirá 40 años el 23 de agosto de 2022, fue uno de los emprendimientos que demuestran la esencia de lo que este gran hombre siempre fue, un soñador, un buscador incansable de la verdad, la justicia y el bienestar para este país que tanto amó. Hoy, cuando ha partido de la vida terrenal nos deja un legado invaluable a quienes fuimos sus alumnos, a su familia y al país entero.
Bien dice la sabiduría popular que quienes hacen política alguna vez, nunca logran salir de ella. El Licenciado Martínez era un político de antaño, de aquellos honorables caballeros, y siempre a la vanguardia de lo que estaba por venir.
Sin duda sufrió hasta el último segundo de sus 91 años de vida, por las horas negras que hoy vive el Ecuador, pero él hubiese sido el primero en parafrasear aquel célebre proverbio: “Las horas más obscuras son las más cercanas al amanecer”.
‘Que su voz no se apague con el tiempo, que su presencia no se desvanezca con los años, y que su recuerdo ilumine nuestra vidas’
Su familia, Diario LA HORA
En estas cuatro décadas contamos siempre con su apoyo. Su apoyo incondicional, su consejo oportuno y la permanente amistad guió nuestra actividad. Sus estrictas políticas editoriales, de jamás utilizar los medios para defender intereses personales, fueron un ejemplo permanente.
Su legado será imborrable en la historia nacional y especialmente en el periodismo. Los años continuarán haciendo justicia a quien, como Galo Martínez Merchán, trabajó hasta el último día de su vida por generar una ciudad y un país próspero, moderno y transparente.
Nos apena profundamente su partida pero, ante este inevitable destino, nos consuela saber que sus nuevas generaciones llevarán la antorcha que él siempre cuidó: Libertad de prensa, Libertad de expresión y, para ello, medios de comunicación sólidos y solventes.
¡Hasta pronto, Licenciado Martínez! Que cuando volvamos a encontrarnos compartamos, como siempre, un cigarrillo y comentemos sobre el último libro que leímos.