Hasta el final

El inescrupuloso Maquiavelo sostiene que para mantener el poder es necesario  mentir y mentir. El saliente  demuestra su cínica maestría en eso, apoyado desde el exterior “democrático”. En las últimas semanas arreció la propaganda “suave”. El mandatario participó en un foro armado como tantos organismos de discurso, donde dijo lo que se le ocurrió y hasta se quejó  que siendo un “genial presidente tuvo un pueblo malo”, según él, logró todo aunque la gente no lo vea, no hay rastro de las miles de obras mencionadas. La elite ‘comprometida’ estuvo para   aplaudirlo.

El plan urdido por un editor de libros, convertido en ministro de propaganda, completó esto con su presencia en todos los medios posibles, donde previamente se había inyectado altas dosis de publicidad gubernamental, él habló de obras que nadie ha visto, carreteras, miles de viviendas, sistemas de educación, salud, etc., buscó invitaciones en todos los medios posibles, con entrevistadores complacientes que no inquirían, mas bien alababan con preguntas de guion, permitiendo una vez más, usar la falacia que a estas alturas poco importa, salvo la cantidad de dinero empleada para lograr según ellos, embobar a este pueblo asustado e ingenuo.

El tal foro de Miami, organización financiada por fondos secretos, donde brillaron aduladores ex profeso, para felicitar a un falso líder y contumas mentiroso, pues los que aquí vivimos no hemos visto nada de todo lo que andan cuenteando. Si hubieran tantas viviendas de verdad tendríamos centenares de casas fotografiadas y expuestas en sendas páginas, igualmente carreteras, aeropuertos, hospitales, escuelas y empleos.

Esperemos que pronto termine la pesadilla de los ultimos cuatro años y quizá la suerte nos traiga tiempos mejores, donde la verdad y la justicia sean realidad y que la juventud pueda acceder a trabajos, olvidando el odio sembrado por este gobierno y que ha fragmentado mucho más al país. Nuestro futuro es crítico proyectado desde una serie tramada de falsos postulados y acciones torpes que llegaron al clímax con el brote viral, con el que testificamos todo el desastre y la incoherencia gubernamental.