¿Hacerse de la “vista gorda”?

En el Ecuador no hay día el que no se informe de algún asesinato, de hechos violentos, de la presencia de sicarios, de asaltos, de robos, de desaparecidos. Las urbes del país se han convertido en zonas de violencia donde nadie está en paz, donde no hay tranquilidad a ninguna hora ni lugar.

Los delincuentes campean en las calles, matan por insignificancias, no hay respeto por nada, el temor se ha apoderado de los ciudadanos. No solamente los civiles son las víctimas de los malvivientes, también son los policías que en el cumplimiento de su deber  son amenazados, heridos o simplemente mueren a mano de tanto criminal que transita por las calles buscando la vida fácil.

Los medios de comunicación exhiben la ola de violencia en sus noticieros. Los comentaristas hacen discursos para generar conciencia sobre este mal. No hay persona que no se queje de esta tragedia y cuando un uniformado usa su arma para evitar el asalto a un joven ciudadano, tres jueces de Chimborazo le mandan a la cárcel, le castigan con indemnizaciones económicas, propiciando así el desconcierto en el cuerpo policial, al punto que muchos de sus miembros preferirán en el futuro, hacerse de la “vista gorda” y evitarse la cárcel y el deterioro de sus economías.

Cómo se va a frenar el crimen y violencia institucionalizados en el país si hay acciones como la de esos tres jueces y, no se trata de justificar indicando que el policía la sacó barata de 12 a 3 años. Hay que juzgar pensando en la conciencia colectiva del medio, pues cualquier castigo para el efectivo que defendió al ciudadano, daña el espíritu de  trabajo e indispone a los demás miembros policiales, que se frustran, se les baja la moral y deciden mejor no actuar en favor de la ciudadanía. No vaya a ser que los metan presos.

Hoy es el momento de respaldar la labor de los policías. No es correcto que Guayaquil supere en muertes a Sinaloa o que nos convirtamos en una Colombia, que ha sufrido el embate de la violencia por tantos años, dejando en familias enteras un halo de dolor y pérdidas irreparables.

El presidente Lasso indultará al cabo Olmedo, sentenciado a 3 años y cuatros meses, por usar su arma y evitar un asalto, pero cuando el juicio llegue a su fase final, mientras tanto permanecerá encerrado ese policía y en las calles la violencia desatada y con este antecedente de castigo para quienes pretenden protegernos, nos veremos en la indefensión y a merced del hampa.