Graves denuncias

Colombia es el primer productor de cocaína en el mundo y Estados Unidos es el primer consumidor de drogas a escala global, además, en su calidad imperial, tiene las fronteras más vigiladas de la tierra y hasta un muro en la frontera con México; sin embargo, ingresan toneladas de droga que provienen de América Latina, Europa, Asia y África.

En su función de gendarme universal, ordena capturar a los capos de la droga de Latinoamérica y realiza un gran escándalo en el momento que son apresados los jefes de los cárteles, como el Chapo Guzmán en México o Escobar en Colombia, pero nunca se sabe si los jefes estadounidenses de las mafias narcotraficantes, son capturados en el interior de Estados Unidos.

En la guerra contra el narcotráfico, Estados Unidos ingresó a Colombia, pero perdió la guerra. Se quedó con siete bases militares en la hermana república; los narcos aumentaron la producción de coca en unas 170 hectáreas y los laboratorios producen cocaína por toneladas. Convirtieron al Ecuador en territorio de paso y en estos tiempos, los cárteles internacionales usan al país para el tránsito de decenas de toneladas de droga con Estados Unidos, Europa y a otros continentes como destino final.

Las fuerzas policiales han capturado decenas de toneladas de cocaína y también de marihuana; sin embargo, crece el consumo interno y las drogas destinadas al extranjero no cesan. Surge la preocupación sobre intereses y acciones de los cárteles internacionales de la droga. En esta situación la embajada de Estados Unidos denunció a generales de la Policía, de las Fuerzas Armadas y a jueces por ser corruptos y parte del narcotráfico internacional, pero no dio nombres; con ello, sembró dudas, desconfianza y mancilló el honor de generales y jueces que sí deben ser honestos.