Faltan vacunas

Para reactivar una economía paralizada hay que fortalecer el emprendimiento empresarial e impulsar la creación de una nueva cultura política, alejada del populismo tiránico y la politiquería educativa del pasado

El presidente Guillermo Lasso tendrá que enfocarse en el ámbito laboral y educativo como prioridad para superar la crisis social y sanitaria generada por la pandemia. Esto antes de evaluar y fiscalizar la gestión del gobierno saliente, modificar las formas de comunicación interna y reordenar el cuerpo diplomático disperso por el mundo. Una campaña de vacunación contra el covid-19 efectiva requiere de buenas relaciones internacionales para lograr apresurar las negociaciones y concretar la llegada de vacunas suficientes por marcas y orígenes.

Sin duda, la pandemia aceleró las desigualdades entre países: EEUU, Inglaterra e Israel  ya han vacunado una mitad de su población, casi alcanzando la denominada ‘inmunidad de rebaño’. Por acá, la cifra traduce una letanía constante. Un 10% quizá ya recibió la segunda dosis de la vacuna; y, a la par, se redujo en similar magnitud el número de contagios y muertes.

Para reactivar una economía paralizada hay que fortalecer el emprendimiento empresarial e impulsar la creación de una nueva cultura política, alejada del populismo tiránico y la politiquería educativa del pasado que persiste en colegios, universidades y movimientos estudiantiles. Si bien el nuevo régimen no usa el formato de sabatinas grotescas ni cadenas informativas en cascada vacías, la estrategia comunicacional representa un manual de buenas intenciones. Pero falta de todo. Cero universidades y laboratorios en la generación de vacunas. 

No obstante, hay que cambiar sin demora la participación ciudadana en veedurías de gobernanza. La depuración de malos funcionarios en ministerios, alcaldías y hospitales; la fiscalización de sobreprecios de insumos médicos, la devolución de lo robado por redes del crimen organizado, entre otros. Es decir, la inclusión de la población en definiciones políticas que le permitan fiscalizar la corrupción e impulsar la acción colectiva del trabajo. Más que la falta de vacunas y el vigor del sector salud, hay que reducir el impacto de la expansión minera y petrolera para renovar el agro. Hay que reducir impuestos para desarrollar la empresa comunitaria. Hay que renovar políticas migratorias para no colapsar la infraestructura de pueblos y ciudades. Hay que confiar más en el trabajo que en la suerte. 

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