Al rescate de la democracia

Fabián Cueva Jiménez

Hoy 9 de febrero, caminando a los sitios electorales o retornando ya, 13´736.314 ciudadanos ecuatorianos habremos cumplido con un importante acto cívico. Muchos con íntima satisfacción, otros con desgano, pero quizás todos con dudas sobre el futuro del país, porque la forma de gobierno denominada democracia la sentimos erosionada y deteriorada.

Este fenómeno, el del declive democrático, no es exclusivo en Ecuador, es a nivel mundial; pero, entre nosotros causa gran preocupación porque, quien sabe pronto, pasemos a ser parte de un grupo de gobiernos autócratas que han aumentado a 35% del total de países.

En la “democracia” que vivimos los síntomas nos dicen que no se está cumpliendo con el requisito básico de proporcionar bienestar a la mayoría de habitantes, no hay: igualdad, participación, inclusión, respeto…, cometiéndose, en medio de mentiras y manipulaciones, los más grandes escándalos y perjuicios, para conformar toda una cartilla de corrupción que nace y se repite vergonzosamente en las 5 funciones del Estado y en sus instituciones. El cumplimiento, la decencia y la honorabilidad han desaparecido, la desvergüenza está dominando.

Para muestra, en estos tiempos dentro de la lid electoral, la depravación política se desató, partidos y agrupaciones volátiles, compradas o alquiladas, ciudadanos impresentables con: carga ideológica cero, mínima preparación, procesos penales, defraudaciones tributarias, deudas al fisco, apoyados por mafias nacionales e internacionales que avalan los pactos de terror y miedo, debilitando la democracia y alimentando la peligrosa y cercana autocracia.

Pero, estamos en un país donde la mayoría ciudadana es sensata y honrada, personas que buscamos reconstruir e investigamos seriamente desde fuentes idóneas. Fundación Bertelsmann (BTI por sus siglas en alemán), difundidas por la Deutsche Welle (DW por sus siglas en alemán) analizan casos de países cercanos (Venezuela, Cuba, Haití, Nicaragua) y nos hablan de la ingobernabilidad e irrespeto, obviamente de: pobreza, injusticia, abuso y agresión.

En lo positivo, también hay el análisis de casos de países bien gobernados y exitosos, igual de nuestro continente (Uruguay, Costa Rica, Trinidad y Tobago, Jamaica) que relacionan a los logros obtenidos en muchos aspectos, la elevada presencia educativa: laicidad, alto índice de alfabetización, acceso a la tecnología, PIB elevado, registro de desarrollo humano superior y más.

De todo lo anterior, una importante conclusión, la educación es fundamental para la democracia, si se la enseña y la aprendemos, la elección de quien debe impulsarla es clave, al menos, si a ésta la concebimos no sólo como una forma de gobierno sino como todo un sistema de vida, en donde especialmente la honradez, en todo sentido, es prioritaria.

Si en Ecuador la democracia está moribunda, el nuevo gobierno tiene el compromiso de rescatarla y para ello también nosotros debemos o deberíamos haber dirigido acertadamente nuestro voto.