Envejecer

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Las mujeres viven sin depender de otras personas hasta los 82 años y los hombres hasta los 79. Pitágoras dijo: «envejece bien quien ha vivido bien».

Envejecer es ir perdiendo las capacidades bio-psico-sociales que nos acompañan en el transcurso de la vida; es ir adaptándose poco a poco a la pérdida de ciertas facultades físicas y mentales. Nada tiene que ver con ser pobre o millonario, es el “cómo se ha vivido».

Alimentarse bien y en horarios normales, dormir 8 horas diarias, hacer ejercicio, evitar bebidas alcohólicas y fumar, mantener la presión arterial y el colesterol dentro de límites normales es lo correcto. Una vida psíquica activa, afectiva, intelectiva y volitiva refuerzan nuestra personalidad. Conservar amistades, asistir a reuniones sociales, practicar algún juego y leer, generan paz interior y bienestar.

 Ser amable, diáfano, sencillo; amar y dejarse amar, vivir cada día con optimismo, dan seguridad. Nadie ayuda porque le creen inútil, sino porque se inspira respeto y confianza. Si se da amor y amistad se recibe igual o mucho más.

Vestirse cómodamente da seguridad y evita percances, no se puede hacer más esfuerzo que aquel que el cuerpo y la mente permiten. Vivir en el tiempo y el espacio adecuado, integrarse a un grupo de recreación y terapia ocupacional permitirán sentirse útil.

 Nadie puede considerarse un estorbo: «ya dieron lo mejor de la vida”; la experiencia es muy valiosa para las futuras generaciones. Ayuda cuando puedas, transmite lo que sabes, concéntrate en tu «yo», no hay otra persona igual a ti.

Los años suman enfermedades y contratiempos, pero también dicha y felicidad. Cuando se llega a la vejez hay que tomar precauciones. La esperanza de vida va en aumento, pero también existen riesgos.

Nunca puedes darte por vencido, adáptate a tu nueva vida, no te automediques, acude a tu médico de confianza, visita a tu familia y tus amistades y no olvides que solo los seres débiles y hostiles olvidan que las etapas de la vida las recorremos todos.

Comparte y disfruta; piensa en los que partieron antes que nosotros, nunca pierdas el rostro de tu identidad personal. Envejecer es un privilegio que tenemos todos.