Energía limpia

Caminamos aceleradamente a complejas situaciones ambientales. Vemos grandes evidencias del calentamiento planetario. Como país no actuamos lo suficientemente rápido para modificar la matriz energética, lo que puede reducir algo del riesgo que amenaza la existencia de la vida.

En una amplia y detallada conferencia, el ingeniero Fernando Reyes, vicepresidente de CIGMIPA, demuestra que la declinación de la producción petrolera iniciada en 2017 para 2025 será mucho mayor y las cosas se complicarán más al no disponer del reemplazo con energías limpias. Los yacimientos comenzaron el descenso y, como van las cosas, ni esperanza.

El investigador dice que “con el ingreso de las hidroeléctricas se puede afirmar que  arrancó el proceso de Transición Energética, pero más del 99% del fluido eléctrico se usa en la industria, alumbrado público y servicios, suponiéndose que el 1% se destina a electro movilidad, con el ingreso de las nuevas hidroeléctricas hasta 2031 la situación no cambiará”. No habrá energía eléctrica para vehículos y serán necesarias más importaciones de hidrocarburos, con el consecuente costo económico y ambiental, lo que sugiere la imperiosa necesidad de promover la energía eólica y solar a gran escalaLo cierto es que a los “gobernantes” y a la gente no parece importarles mayor cosa el panorama que muestra innegables evidencias del problema ambiental. La oferta de duplicar la producción petrolera fue cuento que, sumado a las gentes que llegan y pasan por  la primera industria energética ecuatoriana sin solucionar nada y repitiendo  escándalos de todo tamaño, evidencian a la política como escalón al “negocio” petrolero, al que también llegaron las Fuerzas Armadas, lo último fue la terminal de gas en sus manos y el transporte marítimo de crudo.

La industria petrolera nacional tiene excelentes técnicos. Algunos migraron a mejores destinos; lamentablemente, no pueden actuar con la eficiencia necesaria por las oscuras fuerzas que lo impiden. Recordemos desde hace 35 años la intencionada y sistemática técnica de descrédito a la petrolera, para penetrar en el “negocio” los inescrupulosos gánsteres inmiscuidos en política.