En la cuerda floja

En varios artículos de opinión se ha dado la voz de alerta sobre las amenazas de un sector extremista de dirigentes políticos que planifican movimientos desestabilizadores para los próximos días. Como dijo un sabio observador de la vida nacional, los pretextos para los paros carecen de sustento, obedecen a visiones falsificadas de la realidad o a simples inventos. El acusar al nuevo gobierno de no haber cumplido las promesas electorales no deja de ser un subterfugio indigno de una persona con un mínimo de comprensión de las circunstancias nacionales.

También la gente común ha manifestado su rechazo a las futuras protestas por diferentes medios; preocupa la intención de oponerse a ellas con dureza, pues esta reacción caería como miel sobre hojuelas a los sediciosos. De inmediato tratarían de que haya víctimas, solo contabilizarán las de su lado, para encender aún más la hoguera de las “reinvindicaciones”.

Es imposible llamar a la cordura a los marxistas-leninistas ortodoxos, mariateguistas o no, pues para ellos sensatez significa cobardía y alianza con las fuerzas explotadoras, para ellos, lo enseñó en la teoría y en la práctica Vladimir Lenin, quien no ejerce suficientemente de revolucionario, quien es neutral o poco afecto, ya cae en el ámbito de los contrarrevolucionarios. Estos deben ser eliminados sin contemplaciones. Esta ha sido la conducta de todos los comunistas en el poder: el propio Lenin, Stalin, Mao, Ho Chi Minh, Castro, Ulbricht, Pol Pot, Mengistu, etc. No sería ni racional ni prudente ilusionarse con que los nuestros actuasen de manera diferente, sobre todo con la experiencia de octubre de 2019. Por otra parte, no existe ninguna experiencia comunista exitosa en el ámbito económico, ninguna, todas han provocado hambre, escasez, miseria.

Algunos líderes, con pasada apariencia de sensatez, ya han hablado de un gobierno que cesaría en uno o dos años; lo cual lo deja en la cuerda floja. Los ciudadanos debemos estrechar filas en defensa del futuro de nuestros hijos y frenar todo intento desestabilizador. Para mañana es tarde.