El sistema penitenciario

El problema carcelario alarma un día y se olvida el otro. Sin ser  marginal no preocupa a la gran mayoría.  Todos piden solución y no ahondan en el problema, pues -es cierto- hay  crisis  económica, desempleo, sanitaria, educativa. Pero es una situación reflejo de la sociedad. Haciéndose de la “vista gorda” se deja para que lo resuelva el Estado.

El sistema carcelario ha cambiado  en el Ecuador en los últimos  años. Inicialmente los delincuentes juzgados y apresados eran pungas, desfalcadores, homicidas pasionales, mujeres sancionadas casi siempre por delitos económicos (giro de cheques sin fondos, pequeñas estafas). Insignia fue el Penal García Moreno: el de mujeres manejado por Monjas de la Caridad,  ejemplar; el de hombres,  deplorable. Recién en los años sesenta se creó un comedor para los reclusos. El Instituto de Criminología, dirigido por el  doctor Julio Endara y otros prestigiosos profesionales,  tenía una visión técnica y jurídica sobre lo penal y penitenciario. En 1948 funcionó con éxito la Colonia Penal en Mera; programa que no continuó por la inclemente naturaleza y la limitación económica del país.

Se hablaba de reeducación, reinserción y rehabilitación. Algo se hacía,  tal vez unos pocos talleres. Lo económico impedía un trato humanitario y científico con  los presos. Los criminólogos eran expertos en Psiquiatría, Ciencia Penal, sistemas carcelarios, mas las  limitaciones del país y la indiferencia de la sociedad impidieron la modernización del sistema penitenciario.

El problema actual es  la delincuencia  organizada. Las bandas de narcotraficantes tienen más poder y dinero que el Estado para estos menesteres. Un narcotraficante no va a querer ser carpintero, gasfitero o electricista. Los analistas que piden solución al Estado no ven la magnitud del problema. Sugieren paliativos, lo que no es desechable. Frente al narcotráfico no hay solución, ni el trato bueno, ni la mano dura, ni la rehabilitación. Lo que  interesa  es volver a las calles a  traficar, pues ello rinde. El narcotráfico desaparecerá si se legaliza en la región la droga. El dinero  fácil  todo lo puede.