El siguiente mandatario

Salvatore Foti

Con la muerte cruzada el presidente Guillermo Lasso optó por evitar su juicio y su destitución, y de paso por devolver la esperanza a la ciudadanía. Es más que evidente que nunca estuvo a la altura  ni preparado para ejercer el cargo.

Ha dejado abandonado al país y a todas sus instituciones por falta de gestión y por haber apostado a un Gobierno autorreferencial, que despreció los problemas de la población. Inclusive sobre si fue o no culpable de peculado, jamás se sabrá, pues el juicio fue impedido junto con sus acusadores.

Pero ahora debemos preocuparnos de los tres meses que nos faltan para poder escoger  a un nuevo Presidente de la República. Más allá de los nombres que quieren imponernos desde una ‘opinión pública’ teleguiada y soberbia, debemos concentrarnos en los candidatos que tienen posibilidades reales para ganar.

La derecha, en principio, tiene  pocos buenos candidatos, pero yo me quedo tanto con Xavier Hervas como con Álvaro Noboa si es que quisieran postularse. De los dos Noboa, me parece el que genera menos resistencia a nivel nacional. Sobre Fernando Villavicencio u Otto Sonnenholzner, solo diré que no es el momento, pues no tienen los números y a lo mejor se van a quemar. Esperar un poco más no les haría daño.

Yaku Pérez sigue siendo un gran candidato y si la derecha apostase a más conversaciones y agenda con él, podrían tener la fuerza de influir en el próximo Ejecutivo.

Pero el adversario a ganar será el candidato correísta. Si Correa fuera el candidato no habría ni siquiera segunda vuelta, pero la mujer o el hombre que le tomará la posta será el candidato a vencer. Los nombres que suenan son los de Carlos Rabascall, Aquiles Álvarez y el mismo Andrés Arauz, pero estoy convencido de que hay más nombres que por ahora no quieren dejar saber.

El desafío más grande será ganar en la primera vuelta; algo muy posible. Pero en la segunda vuelta tampoco habría un voto anticorreísta tan significativo como aquel de últimas elecciones así que, si hacen las cosas bien y sin arriesgar mucho, pronto volverían al poder .