Hablar de política se ha convertido en una cuestión llena de prejuicios. Para muchos la política no tiene sentido alguno o es una causa perdida por la corrupción que lastimosamente rodea a quienes la practican, con las debidas excepciones.
La política tiene sentido cuando se la utiliza para crear un cambio social con racionalidad, cuando invita a participar a la población en su transformación, cuando se escuchan sus opiniones y criterios que, a pesar de no ser del agrado de todos, dan sentido y valor a la vida, cuando se valora la crítica y la libre expresión como un mecanismo para optimizar los valores sociales.
Muchas veces la ciudadanía cree que se dedican a la política solo cierto grupo de personas interesadas en captar representaciones o puestos burocráticos, con o sin mérito alguno para ocupar un lugar en la administración pública.
La política se encarga de los asuntos públicos pero debe, además, involucrar a todos los individuos que conforman la sociedad y no solo cuando se necesita de ellos para conseguir el voto que los elige como gobernantes. Debemos aprender a vivir en comunidad, organizarnos de mejor manera para beneficio de todos, hacer que la seguridad, la justicia, el valor y la dignidad no puedan ser cuestionados.
Cuando los políticos se corrompen, se ocupan únicamente de trabajar para sus propios intereses, pero al mismo tiempo se abre la posibilidad de limitar su poder y evitar el abuso. Estar al tanto de las acciones de quienes nos representan nos permite expresar nuestra inconformidad con todos los actos de corrupción que se produzcan y racionalizar el poder sometiéndolo a normas legales.
La libertad de expresión nos permite buscar la verdad para emitir nuestros criterios, hace que la política se ajuste a la demanda de la sociedad y responda a las exigencias de la población. Cuando se respetan los derechos de los otros y se valoran los nuestros, la participación racional de la población en la solución de los conflictos es posible y las organizaciones políticas buscan atender las demandas de todos. Hoy hemos recuperado la democracia y la libertad.