El respeto a la palabra

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

¿Cómo podemos reforzar la confianza en lo que hacemos, con quién lo hacemos y para qué lo hacemos? No podemos tener ningún documento escrito, pero el valor de la palabra es igual al de un contrato o un acta notarial. Dar un “sí” de común acuerdo, estrecharse las manos, darse un abrazo o dar un voto puede ser suficiente para que personas serias y con un alto sentido de responsabilidad ratifiquen la lealtad, la confianza o la fe entre quienes saben el valor de la honestidad y el respeto.

Saber respetar la palabra demuestra una grandeza de espíritu entre las personas. La palabra es  válida cuando perdura la nobleza y la bondad entre quienes la dan y la reciben. Mantener un compromiso queda grabado en el alma de las personas, así vengan tiempos difíciles que puedan poner en peligro la confianza depositada. La altura moral de quien la da refleja la estructura de su personalidad.

Luego de un proceso electoral en el que los intereses personales y de grupo de quienes destruyeron la democracia y la libertad, e impusieron el despotismo para propios y extraños con sus ideas y actos caudillistas han sido superados con el voto de un pueblo cansado e inconforme por la forma de vida establecida por la corrupción organizada, la llegada de un verdadero líder con ideas claras, democráticas y llenas de optimismo es la oportunidad que todos esperábamos para dejar atrás una época nefasta que pronto debe quedar en el pasado.

La actitud del Presidente de la Republica ennoblece su personalidad. Hablar de respetar la Constitución y las leyes, así como de su amor y respeto por el pueblo, nos llena de esperanza y sana convivencia entre las familias ecuatorianas y los pueblos del mundo. La tranquilidad regresa a nuestra mente; la seguridad y confianza nos reconfortan pensando siempre en un nuevo Ecuador.

El llamado a la reconciliación es fundamental. Pertenecer a diferentes líneas políticas no es impedimento; se puede convivir sensatamente en la diversidad. El país requiere de un trabajo conjunto para restablecer la salud, el empleo y la reactivación económica. Gobernar y legislar son prioridades que deben ser valoradas de manera inmediata. El odio y venganza no van más.