El diálogo podría sonar hueco

Alejandro Querejeta Barceló
Alejandro Querejeta Barceló

Realidad “pura y dura”, hechos palpables, los datos incuestionables y las evidencias concretas deberían ser la “cartilla de aprendizaje” de los gobiernos que se estrenan. Respetar y escuchar a los ciudadanos que votaron por él y los que no, sin duda alguna es por donde hay que ir. Por eso es estimulante el uso que hace del presidente Guillermo Lasso de las redes sociales para dialogar.

Muy bien el reencuentro, el diálogo y el reconocimiento, sin embargo, hay el peligro de creer que la “luna de miel” durará para siempre. Sin que se den cuenta, Lasso y su gobierno podrían empantanarse en una retórica repetitiva y cansona, dudosa e indeseable a la larga. No es, en efecto, una historia nueva, es una historia que se replica con obstinación en nuestras clases dirigentes.

No es un problema de canales de comunicación, sino de sinceridad expresiva y veracidad en lo que se dice y hace, de proveer evidencias que, a corto y mediano plazos, garantizan la gobernabilidad. Es una oportunidad de oro para el Presidente, en cuanto a construir con solidez, por un buen tiempo, su credibilidad. Habrá que esforzarse, ceder cuando sea necesario, ponerse serios y hacer políticamente viable el pragmatismo mostrado.

No hay gobernanza sin transparencia, es un “mantra” que su equipo debería repetirse. Está en sus manos la recuperación de una economía castigada por la pandemia, así como reconstruir sanamente nuestro maltratado tejido social. Todo se traduce en el libre comercio, la reducción del tamaño del Estado y la generación de empleo. Sin eso, el diálogo por las redes sociales pronto sonará hueco.

Garantizar el orden y ayudar a establecer el bienestar para la mayoría de los ecuatorianos siempre será una meta. Pesa sobre todos nosotros una gran y endémica fatiga psicológica debido al incremento de la desigualdad y la corrupción generalizada. El progreso del liberalismo y su consolidación está puesto a prueba.

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