El día internacional del libro

Alfonso Espín Mosquera

En medio de la vorágine política que nos abruma, protagonizada por politiqueros de baja ralea, con intereses claros de desestabilizar para traer a como dé lugar a su líder y que goce de impunidad, hoy celebramos el Día Internacional del Libro.

Esta fecha se acordó con motivo del fallecimiento de Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega y Wiliam Shakespeare, en 1616 y aunque es luctuosa por la muerte de estos grandes de la literatura universal, significa mucho para el mundo para todos los seres humanos, porque hacemos un homenaje al libro, como gestor de conocimientos, de historias y de vida.

En muchos lugares del mundo se festeja al libro y a las letras, se entregan reconocimientos a destacados escritores, tal el caso de la Feria Internacional del libro de Guadalajara, en donde se entrega el Premio Internacional Juan Rulfo, uno de los más grandes habla hispana, que fuera creado, promocionado y consolidado por Raúl López Padilla, hoy Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, uno de los galardones literarios más importantes a nivel mundial. Además, junto con los escritores Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, Padilla, quien desgraciadamente falleciera a principios de este mes, creó la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar de la Universidad de Guadalajara.

Celebrar el día del libro significa esperanzarnos, en que a pesar de las tristes condiciones socio económicas y políticas de los pueblos hispanoamericanos, podemos generar un mundo mejor, más equitativo e inclusivo, donde los hombres recorran libres y con dignidad.

Ya lo decía Octavio Paz, el premio Nobel de literatura de 1986, que un ser humano solamente es tal cuando es capaz de salirse de sí mismo y darse a los demás y, ciertamente, el libro está hecho para leerse y la lectura significará siempre la posibilidad de una comprensión del mundo que nos rodea para comprometernos con la paz, la libertad, la justicia y para ser capaces de enfrentar desde las necesidades más básicas hasta los grandes retos humanos.

El mundo tecnológico parecería envolvernos hasta ensimismarnos sin medida en nuestras propias fronteras, sin opción a mucho que a un individualismo y al ciberespacio severo que ha permitido mayores afectos por los prójimos virtuales que por los de carnes y hueso, quienes han caído en la invisibilidad y olvido.

El Día del Libro es más que uno para el recuerdo, es la oportunidad construir una cultura de lectores; que inicie desde nuestros niños, a través de planes lectores en su escolaridad con el apoyo de sus padres y también de todos: jóvenes y adultos en cualquier edad, encontrando el afecto sobre las obras. Los universitarios, por ejemplo, deberían ser lectores porque es una ventaja competitiva para su vida laboral, pues apertura las mentes a un mundo.

Intentemos abrir las páginas de los libros. Leamos a los pequeños algo en la noche. Establezcamos metas, llevemos con nosotros el libro para hacer de él la ocupación de un momento libre. Guardemos unos minutos el celular y saquemos los libros, emocionémonos con sus historias y vivamos con sus personajes y disfrutemos de la hermosa ficción de un cuento o una novela, todo para que se construya una nueva sociedad, más humana y honesta.