El crimen minero

Kléber Mantilla Cisneros

A las autoridades poco parece interesarles lo que pasa en La Merced de Buenos Aires en la provincia de Imbabura. Unos 1.500 mineros ilegales habrían regresado a extraer oro bajo control de la banda de Los Lobos. Los pobladores del cantón Urcuquí denunciaron la salida frecuente de sacos con material aurífero recogido durante semanas ‘sin permiso de operación’. Ellos mantienen una férrea resistencia, vigilancia y el bloqueo de vías, pues argumentan que la comunidad nunca fue consultada cuando se optó por concesionar la exploración de la montaña. En la zona Imba 2, lugar de las minas: Nueva, Vieja y Olivo, existirían a pocos kilómetros asentamientos del pueblo indígena Awá.

Los trabajadores y maquinaria de la empresa Hanrine Ecuadorian Exploration and Mining, subsidiaria de la minera australiana Hancock Prospecting Pty Ltd., no logran acceder al sitio por los bloqueos constantes. El Estado le entregó 23.182 hectáreas divididas en seis concesiones por un plazo de 25 años. Más bien, allí aumenta la instalación de migrantes venezolanos y colombianos que buscan ser reclutados para realizar actividades mineras y mantienen protección del grupo delictivo Los Lobos a cambio de un 10% del oro y cobre comercializado. Los delitos van desde el tráfico de personas, la explotación laboral y sexual, narcotráfico, sicariato, hasta la venta de armas y lingotes de oro.

El conflicto con agricultores y productores de leche complica el balance ambiental, pues hay denuncias de expansión de contaminación en suelo y agua de riego. Esto por el hallazgo de piscinas de mercurio que afectarían la agricultura y ganadería del lugar. Visto el tétrico escenario de extorsión aplicado por el crimen organizado, es válida la pregunta: ¿cuál es el nivel de inseguridad, abandono y violencia en las comunidades campesinas de Imbabura?

La minería o antiminería es una realidad con matices complejos para encontrarnos y resolverlos. Hasta luce como un desequilibrio egoísta. Una lucha de poder donde todos se traicionan; en un mismo país que busca desarrollar su industria agroalimentaria y turística algún día. Un negocio particular del populismo, cuya politiquería busca tomarse las alcaldías y parroquias rurales, muy lejos del valor de la democracia y del interés de todos.

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