El conocimiento inútil

Es el título del libro de Jean-Francois Ravel en el que asienta: “La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”. Extraña paradoja en el actual mundo en el que los medios tecnológicos ponen inmediata información al alcance de la opinión pública. La razón es que las evidencias se contraponen a ideologías y simpatías. Vargas Llosa lo resume: la necesidad de creer es más fuerte que la necesidad de saber.

Las redes sociales cuyo futuro es indetenible, a su inicio han derogado la diferencia entre el bien y el mal.  Lo que ha producido es que se han aprovechado  revolucionarios, socialistas radicales, comunistas, por hacer el “bien” al pueblo  procedan a    atentar contra las libertades, mediante ejecuciones, fusilamientos, violencia, atentados contra la propiedad privada, fraudes electorales. Todo lo cual es aprovechado por el narcotráfico y  la delincuencia.

En el Ecuador no estamos ausentes de tales mentiras: ideologías teóricas, socialismo, indigenismo, progresismo, con muchas de sus creencias erróneas, solo admiten los hechos favorables a sus tesis y omiten las que los contradicen. Los asambleístas correístas que han hecho tabla rasa de su Constitución y el Derecho, pues solo admiten derechos, por ejemplo ahora, sin el menor análisis,  afirman que el proyecto de ley enviado por el Gobierno como urgente a la Asamblea no puede ser calificado porque contradice a la Constitución y al sistema legal.  Ergo, no pueden debatirlo. Mentira monda y lironda: no lo admiten porque viene de Lasso,  de quien afirman que tiene  una visión equivocada en lo político.

Otra  mentira: no tienen tales fuerzas un plan concreto para salir de la crisis económica, social y educativa que atraviesa el Ecuador. Lo que quieren los correístas es poder para poner fin a los procesos penales, administrativos y tributarios en contra de sus altos dirigentes. El indigenismo, con la mejor buena fe del mundo y los peores dirigentes de la región, vive de mitos, lo que le pone a la retaguardia de lo que sucede  en el campo de las ideas. Es inconcebible que teman  al liberalismo, que antes fue su esperanza.