El botín

Paco Moncayo Gallegos

En eso se ha convertido el Estado, o al menos sus empresas estratégicas. En marzo de 2022, se conoció sobre irregularidades en la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec), el gerente fue destituido por oponerse a presuntos negociados; el 31 de marzo, el escándalo fue en la cartera de Agricultura; en julio, en el Servicio Nacional de Aduana (Senae); en octubre, contra el Ministro de Energía; ahora, apenas iniciado el año, vuelven las acusaciones de corrupción, a la cabeza en la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (Emco). El Presidente, acosado por las denuncias, ofrece soluciones y justificaciones que pueden servirle para salir del paso, pero que no atacan al fondo del problema.

Este mal, como muchos otros, nació con el modelo hiperpresidencialista organizado por la mal llamada ‘Revolución Ciudadana’. A partir de entonces, todas las empresas estratégicas quedaron en manos del presidente de turno y su círculo íntimo, con las consecuencias que están a la vista. Por esto, la corrupción rampante no va a parar mientras no se le dé una solución legal enfocada a la causa para no reincidir en corregir o sancionar los efectos.

Al momento en que se redacta esta nota, la Fiscalía General, la Asamblea Nacional, el propio Ejecutivo, a través de la anodina Secretaría Anticorrupción, anuncian acciones y medidas para investigar y sancionar a quienes resulten culpables. Como es usual, seguramente terminará el período de gobierno y los procesos caerán en el olvido. Para evitar esta repetida trama de impunidad se requiere cambiar la conformación de los directorios. Deben reincorporarse representantes de las Fuerzas Armadas por el tema de seguridad, de las universidades del país, de los gobiernos locales; se debe constituir veedurías y observatorios permanentes, que prevengan la comisión de estas detestables prácticas. Así se corregirían, en gran medida, estas graves desviaciones de funcionarios de libre designación de las altas autoridades, detrás de los cuales pueden estar ocultos grupos de poder, inclusive del crimen organizado.

Finalmente una voz de aliento para el periodismo de investigación honesto, que lucha valerosamente para develar actos infames que causan daño moral y material a la sociedad ecuatoriana.