Egoísmo presidencial

Salvatore Foti

El juicio político al actual mandatario sigue su camino en medio de cuestionamientos e inclusive acusaciones de que desde el Ejecutivo se intenta cambiar la postura de los asambleístas favorables a la destitución del mandatario, a través de negociaciones lideradas por el ministro de Gobierno, Henry Cucalón.

Los expertos y más cercanos a lo que se da en los entretelones de la Asamblea aseguran que Guillermo Lasso logrará salir ileso del juicio, pero son muchos también los que están convencidos de que ya es solo cuestión de tiempo y que, después de los tiempos otorgados por la ley para que se presenten las pruebas de descargo por parte del mandatario y se remita al pleno la recomendación final de la Comisión de Fiscalización, el presidente se quedará solo y sin los votos necesarios para seguir gobernando.

Al presidente ya lo vienen abandonando muchos de sus defensores y otros siguen marcando distancias, dejándonos entrever que el mandatario se está quedando solo. Lasso ha logrado decepcionar hasta a los más optimistas, quienes estaban seguros de que lograría una gran gestión. Sin embargo, desde que asumió el poder, salvo la exitosa campaña de vacunación, no ha logrado dar pie con bola  y se ha literalmente desinteresado de los graves problemas del país.

Pero es sobre el tema de la criminalidad donde más ha primado el cinismo y el abandono, y ver cómo hoy recién se empieza a ver la presencia de militares en las calles solo nos debe indignar más, pues siempre se pudo pero nunca se quiso.

El presidente no ha sabido rectificar o peor emprender una política pública con visión. Ha sido y sigue siendo miope, carente de la capacidad de ver más allá de su mandato, que quiere acabar aunque el paso se caiga a pedazos .

El presidente ha confiado demasiado  en sí mismo y menos en el pueblo que lo llevó a la victoria. Por esto, normalmente, los gobiernos caen  irremediablemente y con la bendición de toda la población, que ya está desesperada de tanto egoísmo presidencial.