Eduardo F. Naranjo C.
La liberación de Julián Assange consagra el concepto y valor de la libertad de prensa como mecanismo de democracia y búsqueda de verdad.
Uno de los miles de documentos que se hicieron públicos gracias a su investigación y divulgación periodística muestra el video del helicóptero Apache que ametralló a civiles, niños y dos periodistas de Reuters, en tanto reían sus tripulantes. Esto y muchos otros “crímenes de guerra”, reveló la información expuesta y publicada por los principales diarios del mundo.
Logro periodístico que contrasta estrepitosamente con lo que ocurrió a Assange asilado en nuestra Embajada en Londres, donde se dieron los hechos más bochornosos para la diplomacia y el Gobierno ecuatoriano.
Declaraciones del prestigioso letrado español Aitor Martínez, en una entrevista con Xavier Lasso, hace reconocimiento expreso a la valiosa gestión del diplomático doctor Pablo Villagómez, quien presentó a la Corte Interamericana un fundamentado alegato sobre el asilo, obteniendo el criterio afirmativo que permitió que Assange no pueda ser extraído de la Embajada, hasta que el Gobierno de Moreno, el excanciller Valencia y el embajador Marchan rompieran flagrantemente las normas internacionales del asilo.
Martínez señala a Assange como “ícono del periodismo y la libertad de prensa y dice que el tiempo lo confirmará, como ya ha pasado con muchos luchadores por la democracia y que hoy se los considera héroes”. Aitor Martínez sostiene que el periodismo mundial tiene una deuda con Assange porque mostró integridad por los principios para sostener la libertad de información desenmascarando abusos del poder en cualquier espacio, tiempo o sistema.
Por otra parte, alentador es que, aunque pocos, todavía existan profesionales éticos e informados como Villagómez, profundo conocedor del Derecho, quien logró de la Corte Interamericana el amparo del comunicador australiano que siniestramente fue roto por las autoridades mencionadas.