‘Durmiendo con el enemigo’

Una ‘Comisión de la verdad’ puede funcionar como engendro de impunidad para tapar 14 años de corrupción y esconder una cadena de crímenes históricos; el saqueo del Estado y la persecución irracional a opositores y a la prensa. Lo más trágico que sucedería, antes del cambio de gobierno, es que Guillermo Lasso pierda la memoria y se duerma junto al enemigo como en la película de Julia Roberts (1991). De ahí que brote un pacto incestuoso entre pillos y prófugos para derretir delitos; lo que avivaría un repudio inimaginable, resentimiento y condena popular, que volcarían gente a la calle al primer ronquido.

Es que el desencanto acumulado y el intento de volver a retorcer la justicia reemplazan los refritos del ‘castrochavismo’. Negociar con el correísmo sería optar por una reconversión de la delincuencia organizada. Un retroceso la anti-política para caer en el clon de Mauricio Macri, que en 2015 usó el lema ‘pobreza cero, combatir al narcotráfico y unir a los argentinos’. Él continuó la política asistencial del Kirchnerismo antecesor. Usó un gabinete de gerentes de empresas con buenos salarios, aplicó el ‘gradualismo’ económico. Bajó subsidios y empleados públicos; e incluso, gestó leyes de Reparación Histórica y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Dos años después lanzó una reforma tributaria y jubilatoria que le acarreó protestas y críticas. No hizo reformas estructurales ni redujo el endeudamiento. Una clase media predominante perdió esa condición y pasó a aumentar los pobres. Hasta 2019, cuando el socialismo del siglo XXI regresó con otro antifaz.

En Ecuador actual, está pendiente consensuar la explotación minera, renovar contratos de telecomunicaciones, la concesión de puertos, revisar la reventa de petróleo, renegociar la deuda con China y la pesca ilegal en Galápagos. Falta revelar padrinos del narcotráfico y exigir acciones para que la mafia devuelva lo robado. Sabemos que los ministerios de Salud y Educación siguen en cabezas del correísmo igual que en varias universidades y que eternizaron a Ivonne Baki en la embajada de EEUU. Pero, no olvidamos que Quito fue vandalizada en 2019 y que cesó una Asamblea llena de estafadores y coimadores. Que Sierra y Amazonía colocaron al neófito gobernante para dar guerra a la corrupción y exigir dignidad, cuentas claras, empleo, vacunas para enfrentar la pandemia, seguridad social y estabilidad política. No más pesadillas.

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