Desastres naturales y provocados

Una de las características más demoledoras de un desastre es que puede afectar a muchas personas al mismo tiempo, algunas pueden morir y otras quedar con las consecuencias de tener que enfrentar los efectos de tan nefasta experiencia. Ecuador ha enfrentado una serie de eventos trágicos naturales y otros provocados por el hombre, de forma voluntaria o inconsciente, que dejan secuelas lamentables y que deben ser solucionadas inmediatamente y con responsabilidad.

Sismos, inundaciones e incendios que se suman a la cotidianeidad de los accidentes de tránsito, vandalismo y robos, mantienen alarmada a la población que debe enfrentar las consecuencias de hechos inesperados que deben ser atendidos con premura, para salvar vidas y atender con urgencia los impactos poderosos de una tragedia que deja grandes pérdidas económicas y secuelas psicológicas que lamentar. Las crisis permanecen en el tiempo, muchas de ellas por siempre. Los científicos hablan de un cambio climático catastrófico, sobre el cual hay que tomar precauciones a tiempo.

Un Estado desorganizado es incapaz de salir adelante, al no tener la capacidad necesaria para solucionar daños de larga duración; por tanto, es indispensable poseer un equipo multidisciplinario de primeros auxilios, rescate y más personas entendidas en catástrofes y desastres que trabajen en coordinación permanentemente con las diferentes instituciones del Estado y del mundo, tomando en cuenta que las desgracias llegan intempestivamente y se debe recuperar el estado anímico, social y económico de los afectados.

Muchas comunidades no están preparadas para enfrentar los desastres y deben empezar solas a mitigarlos. Es prioritario capacitar a los residentes de las poblaciones donde el peligro es permanente. La información debe ir más allá de los procedimientos comunes bio-psico-sociales; las personas requieren ayuda multidisciplinaria en la crisis, por lo que, los programas de largo alcance con un riguroso control de los recursos que se emplean, suelen ser más efectivos que los esfuerzos aislados que luego se utilizan como rédito político.