Muy a menudo me he encontrado con personas que son fervientes creyentes de que en la política la comunicación lo es todo; de hecho, aún hoy hay quienes afirman que el gobierno de Rafael Correa tuvo éxito entre la población única y exclusivamente gracias al manejo de su comunicación. Es por ello que el gobierno de Lenín Moreno enfocó casi toda su gestión en anuncios y comunicados, e implementó a su vez una narrativa que culpaba de todos los problemas sociales y políticos al anterior gobierno.
Si bien es cierto que coincido con el hecho de que la comunicación gubernamental es fundamental para mantener la aceptación y popularidad en un contexto político-nacional, también es cierto que mucho “bla bla bla” y cero accionar en políticas públicas que beneficien directamente a la población no puede sustentar a ningún gobierno. Por todo esto, me preocupa que el nuevo presidente, Guillermo Lasso, siga con la ya mencionada taquilalia y sus intentos por apelar a la juventud mediante Tik-Tok.
Sin la implementación de políticas públicas hemos tenido por parte del Ejecutivo una narrativa que se contrapone a la cotidianidad de los ecuatorianos, quienes ven al desempleo, la delincuencia, la salud, el drama de las cárceles y la miseria como los principales problemas a solucionar. Eso no se puede tapar simplemente con un bonito comunicado ni con anuncios que intentan desviar la atención, sino que debe enfrentarse con acciones efectivas y contundentes. Me parece que los asesores del actual presidente están adoptando una estrategia política anticuada e insostenible a corto, mediano y largo plazo, irrespetando principios elementales de la comunicación política, como el cumplimiento de las promesas de campaña electoral.
Es por esto que se necesita la implementación de medidas que fomenten nuevas plazas de trabajo, la declaración de guerra al narcotráfico y la criminalidad, y aliviar la economía de las familias ecuatorianas inyectando recursos en los sistemas financieros del país para que se hagan préstamos con bajos intereses, tal como se prometió en campaña. Si creen que la comunicación lo puede todo, sigan nomás inaugurando obras de los gobiernos anteriores.