Debate y diálogo

El debate es una técnica o modo de comunicación oral en el que los participantes cuentan con un moderador y personas presentes; puede ser en un auditorio, en el que los expositores presentan sus argumentos sobre diferentes temas, los mismos que pueden contener dos o más posiciones antagónicas y por tanto existe controversia. En política, los exponentes debaten en público o ante los medios de comunicación, donde se plantean propuestas y principios que pueden ser refutados o defendidos con argumentos claros y precisos.

Un debate sirve para confrontar opiniones con cultura y educación, el moderador plantea los temas y está en capacidad de impedir discusiones o agresiones para evitar que se desvíen del tema propuesto y ocupen el tiempo convenido. El moderador no puede demostrar favoritismo por ningún participante; el debate no es una competencia, es el sano intercambio de ideas que enaltece el conocimiento del expositor y de la población, con opiniones y puntos de vista diferentes.

Diálogo es la conversación entre dos o más personas que exponen ideas o afectos para intercambiar criterios, es la discusión o contacto verbal para llegar a un acuerdo. Varios dirigentes políticos pueden dialogar para encontrar soluciones y establecer acuerdos para mejorar la situación social, económica, o política de un país. La conversación puede ser amable o violenta, según la personalidad de los interlocutores y su nivel de preparación o conocimientos sobre los temas planteados.

Un diálogo positivo busca la verdad con argumentos claros, precisos y fundamentados en la realidad social, económica y política del pueblo; busca solucionar temas y problemas que se vienen arrastrando de muchos años atrás y que no han sido tratados con la seriedad y conocimientos necesarios; a diferencia de la retórica, la agresión y el fanatismo de interlocutores que, sin fundamentos tratan de convencer, manipulando la información y negando sus graves errores. En política, el autoritario busca que su verdad sea la única valedera, desacredita a los opositores, pretende fortalecer su dominio y busca el diálogo «entre ellos» sobre los grandes problemas nacionales que nunca fueron resueltos.