Cultura de paz

Nelson Mandela (1918-2013) es un referente que se proyectó por el legado que dejó a la humanidad, con sus postulados en bien de la concordia, la igualdad y la libertad.

Fue el primer Presidente que se eligió de manera democrática en Sudáfrica, donde se le considera el padre de esta nación. Fue prisionero de conciencia por 27 años; por ello supo el valor de la libertad de prensa, pensamiento y opinión para los seres humanos. Su larga vida se convirtió en ejemplo de lucha en contra del apartheid y para la vigencia de valores y principios sustanciales, pero no mediante la violencia, la muerte y la destrucción que engendran más factores adversos, sino por el camino de la racionalidad y el bien; debido a ello, alcanzó galardones de significación universal, entre otros: Premio Nobel de la Paz,  Medalla Presidencial de la Libertad (Estados Unidos) o Príncipe de Asturias y Doctorado Honoris Causa de la Complutense (España).

Escribió su autobiografía en el libro titulado ‘Un largo camino hacia la libertad’. Esgrimió pensamientos de esta categoría: “Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Ser libre no es solo desamarrarse de las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás. La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.

En justo reconocimiento a este personaje, la ONU instauró el 18 de julio (fecha de su nacimiento) el Día Internacional de Nelson Mandela. En este marco, hace poco, el príncipe Enrique de Inglaterra, en el hemiciclo de la Asamblea General de dicho organismo, invitó a tomar como ejemplo lo realizado por el líder sudafricano, a  la vez que expresó  “actualmente existe un ataque global contra la democracia y la libertad”. Advertencia que no debe caer en oídos sordos.