Cuando fracasa la política

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Cuando una estrella agota su energía sucede algo impactante, colapsa bajo su propio peso, explosiona y se transforma en un agujero negro que atrae, absorbe y destruye todo lo que está a su alrededor. Este fenómeno lo analizó y popularizó Stephen Hawking en 1967.

Algunos partidos políticos brillan con luz propia, otros se reacomodan y hacen pactos, unos tienen éxito en la administración pública, otros la destruyen, pero siempre su reinado comienza a descender, se agotan, colapsan y se extinguen quedando como un buen o mal recuerdo en la memoria de la gente. Así es como algunos partidos políticos se queman o transforman, para convertirse en una amenaza o un problema complejo permanente. Por su parte, muchos sectores importantes de la población pierden la confianza en los movimientos políticos y sus líderes.

Nuevas estructuras van ocupando los espacios sociales dejados por quienes los colapsaron. Liderazgos nuevos irrumpen en la vida política y gubernamental del país con relativo éxito, hasta cubrir los espacios destruidos o exterminados por la ambición de los “irremplazables”. Otras formas de comunicación llegan a los movimientos políticos, las nuevas generaciones imponen el cambio; la gente se resiste a participar en asambleas, mítines o  reuniones políticas tradicionales, donde los objetivos siguen controlados por los actores de siempre. Amplios segmentos de la población se inclinan hacia determinadas causas humanas, se producen resultados electorales inesperados, la opinión pública es diferente, la sociedad cambia.

Diferentes movimientos políticos y candidatos logran avances inesperados ante el fracaso de quienes persisten en el tiempo sin entender la psicología del pueblo, su estilo de vida, sentimientos,  pensamientos y preferencias. La sociedad va cambiando de modo vertiginoso, los “políticos” no pudieron seguirle el ritmo. La vida de las personas cambia y no pueden seguir engañados. Existen líderes políticos que continúan trabajando con ideas instauradas en la primera mitad del siglo pasado. Lo que no se conoce no puede aplicarse en la práctica, los resultados están a la vista.