¿Cuándo, cómo, dónde, con qué?

Fabián Cueva Jiménez

Los proyectos y planes de vida, en ese orden, son caminos de imaginación a recorrerse. Todos, lo hemos experimentado: inician (raíces), crecen y buscan respaldos (tronco), plantean metas (ramas y hojas), cumplen y transmiten tranquilidad a quienes amamos (flores), logran bienestar a los que dependen de nosotros (aves), superan dificultades (parásitos) y sienten alegría por lo obtenido (frutos).

Este relato imaginario es experiencia de vida y queremos utilizarlo, mediante un procedimiento lingüístico llamado analogía, para ver semejanzas entre dos cosas diferentes, que ayuden y nos ayuden a comprender críticamente una oferta educativa planteada hace pocos días.

La Ministra de Educación, presentó y divulgó: ‘Plan Nacional de Prevención de Riesgos Psicosociales’; el propósito: “fomentar un ambiente educativo seguro y saludable”, lo hizo acompañado de un socio estratégico (¿?), un equipo de fútbol y en su estadio (¿?). Asistieron autoridades, docentes, estudiantes y padres de familia que escucharon los 3 ejes de acción: reconocer, acompañar, actuar, en temas de actualidad y de peligro global.

Por las cifras contundentes difundidas, es necesario nombrar y comentar hechos que atacan el bienestar de la humanidad, especialmente a niños y adolescentes.

Violencia, en todas sus formas: agresiones físicas o verbales; psicológicas con intimidación, humillación, aislamiento; y, sexuales con permanente coacción.

Acoso escolar: físico, emocional, verbal, individual o grupal, ahora a través de internet.

Embarazo, maternidad y paternidad tempranas, que provocan frustraciones en los actores y familiares, con riesgos de salud, interrupción educativa, pérdida de aspiraciones económicas, con un futuro incierto de pobreza y exclusión.

Uso y consumo de drogas, cada vez más creciente, especialmente en lugares de extrema pobreza y entornos sociales desfavorables: escuelas y colegios, nocivos para los jóvenes clientes y sus familias.

Suicidios, especialmente por vacíos de orden familiar.

Intentos autolíticos o daño personal en superficies corporales, especialmente en la piel.

Trabajo infantil que priva a los niños de su innata alegría, disminuyendo su dignidad y menoscabando el bienestar físico, mental y moral con un retraso cognitivo evidente.

Desapariciones, resultado de desorganizaciones familiares o enfermedades mentales.

Pensemos y piensen, el Plan Nacional anunciado no debe ser coyuntural, tiene que estar respaldado por un proyecto y ser política de Estado, sostenido por una ideología que: refleje el real sentido de beneficiar a la gran mayoría poblacional, contenga una visión real del país y la intención total de cambiar, sin desmayos y con una energía total.

Pero, las dudas nos acompañan, tantos años de regresión, tanta demagogia; hasta hoy, el   Plan  sólo responde al ¿por qué? y no a lo básico: ¿cuándo, cómo, dónde y con qué?