Crisis alimentaria

Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea difundieron noticias y opiniones que inculpaban a Rusia por la crisis alimentaria mundial —“por la invasión a Ucrania”—, pero callan que Occidente no permite que barcos cargados de trigo o fertilizantes, zarpen de los puertos rusos o ucranianos, como efecto de las sanciones.

Además, con la colaboración de Estados Unidos y la Unión Europea, Ucrania colocó minas en los mares de Azov y Mar Negro. Algunas de esas minas se han desprendido de sus candados y han llegado incluso a Turquía, poniendo en grave riesgo a naves y vidas de ese país y de otras nacionalidades. Si los mares contiguos a Ucrania están minados, no hay forma de normal circulación de los barcos cargueros y de todo tipo de naves.

Un derecho fundamental es el derecho a la alimentación, que hoy se ve afectado por las políticas sancionadoras de EE.UU. y sus aliados de la UE. La crisis alimentaria mundial destruye el derecho más elemental para el ser humano: el derecho a no sufrir hambre y a estar bien alimentado. “Este drama no solo impide el desarrollo de las naciones, ya que el difícil acceso a los alimentos trae consecuencias graves en la salud, la educación, el bienestar de madres y padres. Además, disminuye la capacidad del ser humano de ganarse el sustento diario”.

Se define a la crisis alimentaria como la dificultad que tienen los seres humanos al acceso a alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades dietéticas y preferencias alimentarias para una vida activa y sana, de conformidad con una de las concepciones de la FAO. La desnutrición crónica infantil afecta al 30% de los niños menores de 2 años en nuestro país; es el resultado de la pobreza-miseria, injusticias sociales y de las profundas e insuperadas carencias.