Crimen reorganizado

El crimen organizado desde el gobierno de Correa ha sido sancionado por la justicia penal, lo cual deshonra a ese gobierno y sus partidarios. No es galardón ni los grilletes ni estar preso por peculado o prófugo por sobornos. El gritar que son “perseguidos” es un pobre arbitrio frente a pruebas eficientes e indudables perjuicios económicos al país. Sobornos, coimas, sobreprecios, le han costado al país miles de millones de dólares, que le tienen sumido en unas profunda crisis económica, fiscal, ética, subsistiendo a base de préstamos, endeudamiento que deberá ser pagado en muchos años, paralizando su desarrollo si no se adoptan medidas creativas, a base de estabilidad, seguridad jurídica, justicia independiente y honestidad.

El objetivo de Arauz es volver a una época que tiene muchos beneficiados. Se impondrá la impunidad; en un país débil los jueces son maleables. Dicho candidato lo ha anunciado: los jueces declararán nulas las sentencias. Volverá aquello de que “pasado el boche” la plata queda. La venganza será artera: “!Ay de los vencidos!”, dicho romano, reinará. Fiscal y Contralor, junto a jueces que condenaron a sus mentores, marcharán, tal vez a las cárceles. Será olvidado lo robado.

El Seguro Social y el Banco Central serán el arca para atender inicialmente a sus posibles electores, perjudicando a los depositantes y pensionistas y a los futuros pensionistas, sin olvidar que ya la primera Institución tambalea y la segunda técnicamente no existe. El crimen será reorganizado, además que no faltarán los que se subirán al carro del triunfo, donde no cabe el pueblo, víctima única del engaño populista. Lo que sucede en Cuba, Venezuela, Nicaragua, no necesita pruebas.

Sucede en nuestra política, como dice García Márquez, como en los pleitos matrimoniales, en que ambas partes tienen la razón. Lasso y Yaku son más demócratas que Arauz, con sus diferencias. El Ecuador saldrá adelante de la unión de los que quieran superar las injusticias, prosperar y vencer los prejuicios; irá para atrás, los amenazados cincuenta años, con un gobierno totalitario con antecedentes penales.