Conspiración antidemocrática

Manuel Castro M.

Comenzó la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe en Buenos Aires cuyos mandatarios son recibidos por el presidente Alberto Fernández, a la que asisten 31 países. El presidente Fernández sin ambages calificó de legítimos presidentes a Maduro, Díaz Canel y Ortega, y a los que no están de acuerdo calificó de miembros de la “derecha radical”. El objetivo de esta cumbre es la integración que sabe a desintegración, pues se ha dividido a Latinoamérica en buenos y malos (los que tienen gobiernos democráticos). Comenzó tal reunión, con tremendo engaño, pues en igualdad asisten gobiernos ilegítimos, enemigos de la libertad y represores. Se critica la violencia en Perú y Brasil y se olvida del éxodo masivo de venezolanos y de los presos políticos en Cuba, Venezuela y Nicaragua y de que Bukele va prorrogando 10 meses el estado de excepción.

Con valor el presidente de Paraguay, Mario Abdo, emplazó para que la cumbre busque solución a la diáspora venezolana y  se detenga la violación de los derechos humanos de Maduro, Diaz-Canel y Ortega; afirmó que la forma de fortalecer la integración regional solo se puede dar en un ambiente de diversidad, legitimidad y diálogo, aceptando a la democracia como sistema de gobierno: “elecciones libres, periódicas y transparentes” y que culmine allí, pues los socialismos lo que tratan es de perennizarse en el poder, lejos de cualquier pluralidad política

Es evidente que está cumbre, a través de Lula, Fernández, Petro, trata de debilitar la credibilidad de la democracia, bajo consignas hipócritas y rebuscadas, pues su amor al pueblo solo consiste en apoyar a gobiernos totalitarios y represores.

En Ecuador, el 5 de febrero próximo tendremos elecciones. Entre otros, Pabel Muñoz, Jorge Yunda, Luisa Maldonado, María José Carrión, Paola Pabón, no creen en la democracia, salvo en las urnas para implantar su socialismo totalitario y saqueador, que ya vivimos con Correa. La “verdad en el fondo es triste” como dijo Buda. Está en nuestras manos votar bien, sin alucinaciones demagógicas, cercanas a la conspiración antidemocrática internacional.