Congreso sobre García Moreno

Durante la semana que termina se llevó a cabo un Congreso internacional sobre la figura de Gabriel García Moreno con motivo del segundo centenario de su nacimiento, ocurrido en Guayaquil en 1821. Como en toda reunión académica solvente, las visiones presentadas por los distintos panelistas no fueron unánimes: ni solo laudatorias, ni solo insultantes. Además, todas tuvieron altura intelectual, mostraron conocimientos de las fuentes, sobre todo impresas, no tanto originales. Este Congreso mostró que es posible tratar un tema histórico desde la razón y no desde la emotividad, algo que mucha falta hacía en nuestro mundo intelectual, en el cual los sentimientos, el paisanaje, los parentescos y las cercanías ideológicas guiaban los análisis del pensamiento y obras de los personajes sobresalientes en todos los aspectos.

García Moreno merece este congreso y más; sus esfuerzos sobrehumanos para mantener unido al Ecuador posibilitaron que ahora podamos tener Patria propia; junto a algún error enorme en su acción política podemos contar muchos aciertos para dar una fisonomía y un contenido de Estado a ese conjunto de regiones que era este país. A pesar de la existencia de varias viejas publicaciones todavía no se ha logrado una visión completa de todo lo que hizo por la educación, sobre todo de los sectores más abandonados, aunque esa labor fuera después suspendida. Buscó construir un sistema de instrucción científica y técnica que posibilitara el progreso material de la población. Con ese mismo fin planificó y comenzó una red de carreteras y el ferrocarril, con ella el comercio se vivificaría.

Tampoco, que yo sepa, se ha estudiado a cabalidad su inédito aporte para mejorar las finanzas públicas, con pericia y honradez, tanto personal como de sus colaboradores. Se suele pasar por alto sus reformas decisivas para el adelanto de los sistemas electorales, logrando mayor participación ciudadana y representatividad más justa.

Pero a los ojos de sus enemigos tuvo un grave defecto: era fiel hijo de la Iglesia Católica, por eso le asesinaron.