Fácil: vivimos sin la certeza de que regresaremos con vida a casa. Y es que como nunca antes, salir de casa se ha convertido en un actividad de altísimo riesgo. No importa cuantas precauciones tomemos, la incertidumbre de ser víctimas del crimen siempre está latente. Así vivimos, bajo alerta, en estado de alarma permanente, sin paz.
Con gran optimismo el presidente Lasso decretó el estado de excepción en tres provincias del país, asegurando que “las calles sentirán el peso de nuestra fuerza pública”. Sin embargo, la realidad parece muy distante a lo que él anhela, pues los crímenes se mantienen en los mismos niveles ¿Quiere datos? Hasta el mes pasado, se reportaron 853 muertes violentas en Guayas, Esmeraldas y Manabí, esto es, un 138% más en relación con los mismos meses del 2021. Nos siguen matando y el gobierno, con viaje a Israel incluido, no atina a encontrar una solución que aterre a los criminales y no a los ciudadanos. Como dicen por ahí, “dato mata relato”.
Es fácil para el gobierno recurrir al desgastado “la culpa es de Correa”, pero sucede, pese a las pataletas presidenciales, que Correa está en Bélgica y quien gobierna, tras ocho largos años de campaña, no sabe qué hacer ahora que llegó al poder. ¿No que el país se iba a arreglar en los primeros 100 minutos de gobierno? Yo quiero continuar pensando que esta es tan solo una mala racha para el país y que pronto, el gobierno va a recular, invitando a su gobierno a verdaderos expertos en seguridad y protección ciudadana, lejos de quienes proponen convocar a los Avengers o iluminar las calles con focos led. Creo que nos meremos mucho más que eso.
Mientras tanto, guarde su mejor reloj bajo 7 llaves, no se permita lucir sus joyas, evite sacar dinero de su banco de confianza, salga solo de su casa para abastecerse de alimentos y compre los mejores candados posibles; y, principalmente, encomiéndese al santo de su devoción para que usted y su familia, regresen sanos y salvos a casa. Si eso sucede, siéntase afortunado.
@ItaloSotomayor
[email protected]