Ciudades caminables

Sabemos que no es una propuesta fácil la de volver a las ciudades caminables, sobre todo en las enormes metrópolis, pero también en las ciudades grandes, donde todo está distante, donde se debe necesariamente tomar transportes y emplear mucho tiempo en recorrer grandes distancias, pero ¡qué maravillosas son las ciudades en las que se puede caminar!, en dónde, para las actividades cotidianas de comprar los víveres, ir a la escuela o a la consulta médica nos desplazamos por unas cuadras y arribamos a nuestro destino sin necesidad de usar un vehículo.

Puede parecer un sueño, pero creo que es posible transformar las ciudades con buenas administraciones municipales y con el involucramiento directo de la ciudadanía y de las organizaciones barriales, de tal manera que volvamos a aquella dimensión humana que tanta falta nos hace.

El tema de la seguridad es otro punto a tener en cuenta, de tal manera que los vecinos nos cuidemos entre nosotros, que nos conozcamos, que dialoguemos y emprendamos en la recuperación del entorno ciudadano.

Para ello se necesita planificación. Hace años escuché a un arquitecto catalán hablar sobre la antigua distribución de los barrios en la ciudad de Barcelona, en donde la estructura de la ciudad se fue organizando de tal manera que en los barrios se podía disfrutar de la presencia de agencias bancarias, tiendas o mercados, escuelas y colegios, de tal manera que la vida se pueda desarrollar a la distancia de unas pocas cuadras.

Esto no quiere decir que no se necesiten movilidades cuando la gente requiera otro tipo de servicios, pero se minimizaría mucho el impacto si es que para las cosas diarias no recurrimos a los carros particulares e incluso a los transportes públicos.

La dimensión humana es fundamental. Nos debe encontrar predispuestos a recuperarla, aún a costa de pequeños sacrificios, porque vale la pena, porque sabemos que buena parte de la población humana está ya viviendo en las ciudades, lo que ha dejado a la ruralidad y a su estilo de vida abandonados.

Es una tarea conjunta; requiere decisiones políticas y compromisos ciudadanos.