Chilenos rechazan Árbol de Navidad

El ‘Árbol de Navidad’ construido por los convencionales (constituyentes) de Chile fue rechazado por casi las dos terceras partes de electores, pese a tener incrustados innúmeros obsequios, pero no atractivos para su cultura, su dinámica económica, política y social.

El Árbol, construido en nueve meses, por la mayoría de 154 constituyentes, se tradujo como propuesta exenta de tecnicismo constitucional, de la esencia cultural de los representados, por lo que fue considerado escabroso en sobremesas familiares, ambientes de amigos, laborales, artísticos, deportivos, congregaciones religiosas, y más.

Entre religiosos hubo  disonancia. Desde un monasterio de la congregación de Carmelitas Descalzas respaldaron la propuesta convencional, pero la asociación de la orden replicó que, dicha postura, “no representa la opinión de las carmelitas de Chile”. Un vocero de la Iglesia católica observó que el proyecto “no protege  la vida del que está por nacer (…), derecho humano inalienable”, mientras el capellán, de la presidencial Casa de La Moneda, estimó que sintonizaba “con la doctrina social de la Iglesia”.

La pretensión de “refundar” Chile fue rechazada, porque los electores rehusaron sentir, en carne propia, las manipulaciones del Foro de Puebla, cuyos voceros guardan silencio ante el aparatoso resultado. Solo el Presidente colombiano adjetivó el pronunciamiento popular, pero tuvo réplicas gruesas internas y externas, menos de Boric y de su cancillería, mutismo que derivaría en  importantes costos políticos.

Fidel Espinoza, senador socialista, retrató la derrota de la coalición gobernante: “Háganse responsables los señores convencionales (constituyentes) de esta debacle. Redactaron una Constitución desde el odio y sus frustraciones (…).  Quisieron  ir por todo y nos dejaron sin nada. Se lo dijimos, hasta el propio Gabriel Boric, desde  hace meses.  Nos ningunearon”.

Un columnista de El Mercurio, acotó que “si hubiésemos escuchado a los expertos no habríamos producido la mala Constitución  que nos propusieron”; otro apuntó que “la votación del rechazo, es también un castigo a su proyecto político, (a Boric)”. Analistas resaltaron que “la agenda de cambios radicales, que prevaleció en el órgano redactor, llevó al fracaso de la propuesta”.

Clarín, de Buenos Aires, estimó que el resultado del plebiscito implica un “voto castigo para el Gobierno de Gabriel Boric”, con el cual, coincidieron otros periódicos latinoamericanos; pero, el mandatario ha eludido, expresamente, responsabilidades políticas, aunque después de 48 horas musitó que “es uno de los momentos más difíciles que me ha tocado enfrentar”, y aseguró que no afectará su programa de Gobierno, del cual, paradójicamente, desplazó a sus incondicionales, para ubicar gente de centroizquierda.

Lo de Chile influirá en las estrategias del Foro de Puebla, en el tablero político latinoamericano, con eventuales consecuencias en los ánimos del mandatario colombiano, en los próximos comicios presidenciales brasileños, en la irónica ruta argentina; acaso en Ecuador, podría reactivarse el cese de la Constitución de 2008, por una reformada de 1998, para tratar de remediar el controversial proceso político ecuatoriano.