¿Y ahora qué viene?

César Ulloa

Después de que se hayan proclamado los resultados, el reto es gigantesco, difícil y de muchas manos. Los problemas urgentes son la inseguridad, la violencia y la generación de empleo. Sin embargo, y de manera paralela, transformar la institucionalidad venida a menos y procurar el establecimiento de un Estado de derecho son imperativos, caso contrario seremos lejanos a la reinversión nacional e inversión extranjera directa. El esfuerzo no radicará en el Ejecutivo, exclusivamente, sino también en lo que haga la Asamblea y el sistema de administración de justicia, además de los entes de control.

La conclusión de esta campaña corta, agobiante y de poco contenido es que no se puede continuar de la misma manera. Las cifras sociales y económicas advierten que nuestro país se encuentra en terapia intensiva y con pronóstico reservado. Los problemas más dolorosos recaen en la juventud: desempleo, migración, embarazo joven, violencia intrafamiliar, falta de acceso a la educación superior y lo más grave es que entre las primeras causas de muerte están los homicidios y los suicidios. ¿Qué estamos haciendo por los jóvenes que no sea el bochornoso espectáculo diario de la mala política?

El nuevo gobierno debe ser generoso, en el sentido de llamar a profesionales con altas credenciales y valores éticos sin importar su edad. Solo en el Ecuador se desprecia la experiencia y en varios casos, hasta la sabiduría. Es el momento de un acuerdo nacional que confluya en un compromiso a largo plazo. ¿Qué país queremos y cuál dejamos a las siguientes generaciones? La política debe caracterizarse por el ejemplo y eso no tenemos en la actualidad, porque hay una escasez de referentes, no así en otros sectores de la sociedad donde hay valiosas personas.

El país se construye cada día con millones de héroes anónimos, quienes lo han sostenido en las peores crisis. No abusemos de los buenos ciudadanos y aprendamos de ellos. Es ahí donde debe iniciar el nuevo gobierno, rescatando lo positivo e histórico. Generosidad para gobernar, transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos.