Cerro de oro

Una de las poblaciones más antiguas del actual Ecuador, rebosante no solamente de historia, nombradía y riqueza minera, por su importancia fue elevada a especial categoría, en el siglo XVI, precisamente en el año 1595, con el nombre de Villa Real de San Antonio del Cerro de Oro de Zaruma, perteneciente al Corregimiento de Loja.

Con el paso de los años, se produjo la erección oficial de la provincia de El Oro (23 de abril de 1884), con los cantones Machala, Santa Rosa y Zaruma. Se afirma que la riqueza que recibió España, proveniente de tierras zarumeñas, en la época colonial, está calculada en aproximadamente dos mil setecientas toneladas de oro, cifra por demás elocuente y que refleja el potencial, que aún no ha desaparecido, del sector.

La zona adquirió auge, que atrajo inmigración incluso internacional, por el atractivo aurífero y de trabajo, cuando se instalaron allí dos empresas extranjeras dedicadas a la extracción del codiciado metal: la inglesa Great Zaruma Gold Mining (1880) y, después, la norteamericana South American Development, que fundó el renombrado campamento minero de Portovelo (de 1896 a 1950), al pie del cerro de oro, en cuya cima se asienta Zaruma que, por sus especiales características, fue declarada Patrimonio Cultural del Ecuador y Pueblo Mágico.

Mucho se puede decir de esta ciudad con sólidos valores tangibles e intangibles, candidata en la Unesco a ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad y que, en estos últimos días, ha ocupado primeras páginas de la prensa por noticias nada halagadoras: va hundiéndose, debido a que se le ha convertido en una especie de queso gruyere, por la cantidad de socavones que existen en el subsuelo, debido a la minería ilegal.

Zaruma no merece este destino. Por ser joya nacional se la debe salvar con acciones concretas y de visión perdurable.