Campaña ‘exprés’

Alfonso Espín Mosquera

Todas las elecciones son una carrera inmisericorde en la que los candidatos se ingenian las mil y un acciones y argucias para ganarse a los electores, salvo que en esta ocasión no habrá tiempo de caminar en la lluvia, ensuciarse un poco los zapatos con la camisa arremangada, abrazarse con la gente pobre en los barrios marginales, ni estrechar las manos de los comerciantes en los diferentes mercados ni plazas del país.

Esta será una campaña ‘exprés’, muy a la ligera, sin tiempo para hacer presencia en territorio y por tanto las armas estarán en los medios tradicionales y sobre todo en los neo medios, aun porque los costos en las redes sociales son los más competitivos y asequibles.

Hay varios problemas al respecto: primero unos candidatos a medio hacerse, ‘sancochados’, apresurados, acaecidos en su mayoría por la gracia de la muerte cruzada y otros desconocidos, lo que significaría una desventaja inicial.

La organización partidista en bases y territorio siempre ha sido importante y en ese sentido Revolución Ciudadana tiene la delantera; es decir quien quiera sea el candidato tendrá una votación de obediencia  de sus militantes y simpatizantes, aunque este movimiento en mención viene de un desgaste producto de los protagonismos que ha generado tanto en la asamblea defenestrada, como en la oposición al régimen actual, con capacidades muy limitadas, por lo que en las dos circunstancias han quedado mal. A esto sumemos que sus figuras están vinculadas a escándalos públicos y delitos de Estado y, aunque al pueblo parezca no importarle, hoy por hoy, vive molesto de los perversos avatares de la política oscura.

En los próximos días se conocerá el nombre del candidato de RC y, con el tiempo se verá el desenvolvimiento en la contienda.

Otras agrupaciones políticas parecen lanzar nombres a la prueba, a ver qué pasa para el futuro; pero más allá de las denominaciones de los movimientos políticos, pueden ser decisivas las individualidades de uno que otro personaje que se ha mostrado en la gesta política. Tal vez entonces Villavicencio, como máximo contendor del correísmo, pueda obtener una votación importante, u Otto Sonnenholzner por las alianzas y respaldos que logre, aunque si somos reales, ni se cree en la disciplina partidista ni sumados todos son tantos votos, los que parecerían cautivos en las diferentes tiendas políticas, por eso es que molesta al electorado llano, por llamarnos así, a quienes no pertenecemos a ningún movimiento, cómo nos pueden gobernar estas minorías políticas que a la postre caminan para tomarse el poder y vivir de los impuestos ciudadanos.

Otro problema es el escaso tiempo que van a gobernar, pues si un período completo de cuatro años no alcanza para establecer un proyecto serio de desarrollo para el país, peor un año aproximadamente, como para ofertarnos nada verdaderamente potente.

Y quizá el peor de los problemas es la presencia de miles de sujetos que en contubernio con amigos y parientes se dispersan a trabajar por tal o cual candidatura, con el solo objetivo de hacerse de alguna dignidad y entonces colocar a los otros asociados que apoyaron a quienes no ganaron.

Mucho me temo que nos libramos muy temporalmente de esos indeseables asambleístas que hoy están en la casa, pues la nueva será similar o peor, porque contará con los hoy desocupados  y otros de categoría similar, pues parece que, desgraciadamente, la gente digna no está vinculada a estos quehaceres.