Ayora en el impresionismo

Nació un día como hoy en 1897, en Loja. Haga las cuentas y sepa cuántos años cumple hoy el presidente que modernizó el país. Siempre escuchamos los debates sobre García Moreno y Eloy Alfaro, pero han existido presidentes que sin ser tan carismáticos o controversiales, hicieron más que los dos anteriormente mencionados.

De este presidente, actualmente existe la Maternidad de Quito lleva su nombre. Allí nacieron y nacen a diario muchos infantes de modestos recursos. Otra mención, que se ha perdido, es la alusión que se hacía a las monedas de un Sucre, como las ‘Ayoras’, por la transformación monetaria y económica que hizo este médico en su mandato.

La Superintendencia de Bancos, el Banco Central, la Caja de Pensiones y la Contraloría General del Estado son sus grandes legados. Las instituciones vinculadas con la economía y el sistema monetario fueron procesos que se concretaron con la llegada de la Misión Kemmerer.

En el Salón Amarillo del Palacio de Carondelet, en la pinacoteca de los presidentes, el retrato de este mandatario se destaca de los anteriores, ya que rompe con el estilo de retratos realistas. Su periodo de gobierno constitucional al final de la década de 1920 marca la diferencia estética, pues el dibujo no es lo que prima en el cuadro, sino el trazo pictórico del impresionismo, que es el estilo del retrato y podemos decir que realmente es una obra de arte.

Si bien el cuadro, como todos los demás de la pinacoteca del Palacio Presidencial, fue trabajado a partir de una fotografía, el artista marca un verdadero parteaguas de lo que fue la Revolución Juliana y de los cambios que se dieron en el gobierno de juliano, encarnado en Ayora.

Son 125 años del nacimiento del verdadero iniciador de la modernización del Estado ecuatoriano, que si bien tiene su espacio en la historia del país, es necesario rescatar más su imagen y logros.

Solo el pintor de su cuadro ha sido el único visionario que se dio cuenta de la trascendencia de Ayora en la historia, y logró plasmar la diferencia de su paso por la administración pública en los trazos y aglutinamientos de óleo en la tela, que luego fuera imitado por Hurtado y Abdalá, otros dos retratos que también destacan de la monotonía de esa pinacoteca.