Asamblea a la deriva

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Todos debemos poner algo o mucho de nuestra parte para alcanzar el éxito; muchas personas lo consiguen sin haberlo buscado y otras no son conscientes del poder que llevan dentro, y saber utilizarlo en favor de los demás. Los seres humanos llevamos una vida psíquica que espera ser estimulada para reforzar el temperamento y el carácter, en favor de nuestra personalidad.

Vivir preocupados permanentemente aumenta el miedo y la angustia, disminuye la autoestima y la confianza, se cae a las ambiciones personales y se termina en el fracaso. La Asamblea Nacional está llena de inculpaciones personales, insultos, agravios, y un grave desconocimiento constitucional y político del país, que la está llevando a su propia destrucción. Hay que saber encontrar los valores personales para utilizarlos de manera positiva; solo quienes buscan el éxito son capaces de poner su conocimiento y capacidad en favor de la democracia y el bienestar.

El progreso profesional, el trabajo, la familia y el medio social en el que vivimos proveen los atributos personales necesarios que dan estabilidad emocional y conducen al éxito, siempre y cuando se tengan propósitos claros. Cuando sabemos a dónde vamos, se elige el camino correcto para el triunfo, manteniendo siempre la energía física, psíquica y emocional necesarias para alcanzar los objetivos y metas propuestas, sin tropiezos ni dificultades.

Todos tenemos problemas y debemos resolverlos con celeridad, solvencia, responsabilidad y confianza en nosotros mismos, respetándonos entre todos y con la autoestima apropiada que permita vivir en democracia; no quiere decir que siempre tendremos una actuación optimista y eficaz, todos tenemos días buenos y malos que se van alternando en el curso de nuestra existencia. Gente con buena autoestima acepta los retos, los enfrenta y no va a la deriva perdiendo el tiempo, la credibilidad y el prestigio.

Saber reconocer los errores y corregirlos a tiempo resuelve problemas, aumenta la confianza en sí mismos y hace que se tomen las decisiones correctas. El desconocimiento, la ambición y el sentirse poderoso defendiendo un pasado oprobioso destruyen la democracia y la reputación del actor.