Asalto a plena luz

El petróleo, nuestra riqueza, en manos de Petroecuador ha servido para modernizar al país, la otra riqueza, la agroindustrial en manos privadas sirve para crear empleo a la vez que hacer ricos a los grandes productores, escenario de los últimos 60 años.

El petróleo sirve a todos igual: salud, educación, infraestructura y empleos, pero siempre codiciado por buitres con máscara de ‘empresarios’ que se llevan millones a cambio de nada. Hay un nuevo caso en sus fauces, gracias a los indeseables de siempre, funcionarios llegados a última hora que no pierden el tiempo porque recibirán su comisión.

La intención de concesionar ‘Sacha’, el mejor campo petrolero, con pretexto de optimizar producción es falacia y oscuro negocio. Un reciente estudio de Fernando Reyes Cisneros, vicepresidente del Colegio de Ingenieros, muestra con claridad meridiana que hoy el costo de producción por barril es de 4 dólares, pero pasaría a 9 si se concesiona simulando la búsqueda de eficiencia.

Reyes dice, “si se calcula el conjunto de las pérdidas estatales, llegarían a ser mayores que los ahorros”, entonces estamos a la vista de un potencial zarpazo de última hora de transnacionales con funcionarios cómplices.

Sacha es el campo que más dinero ha inyectado al presupuesto en sus 48 años de producción con reservas originales de 5.000 millones de barriles, superior al ITT. En enero de 2020 tenía un volumen de reservas probadas de 1.227 millones de barriles. Yacimiento permanentemente codiciado, tanto que PDVSA logró un asocio empresarial y lo operó durante siete años sin beneficio alguno para el país. Estos son los verdaderos atracos de última hora, no las ínfimas raterías de funcionarios inmorales. En torno a la riqueza petrolera y minera hay ‘lobistas’ que engañan o compinchan a autoridades y otros esbirros para lograr sus fines.