Presidente Noboa: para ser buen presidente, debe ser un ciudadano común y corriente

Antonio Ricaurte

Para la gente de la Edad Media, los reyes eran los enviados de Dios en la Tierra.

  • El enviado de Dios en la Tierra, debía ser y parecer diferente al común de los ciudadanos. Debía vivir en castillos, vestir ropas caras, llenas de adornos de oro, fabricadas con telas y pieles finas.
  • Los castillos estaban llenos de empleados y de cocineros que preparaban platos exóticos, mientras la gente común se moría de hambre.
  • Las repúblicas se constituyeron a imagen y semejanza de los reinos medievales. Los presidentes, primeros ministros y demás representantes de la gente, copiaron la forma de ser y de actuar de los representantes de Dios en la Tierra. Viven en palacios lujosos, tienen guardia militar, policial y naval que les hacen honores mientras caminan sobre una alfombra roja. Visten ridículos trajes, corbatas y mocasines del siglo pasado. Disfrutan de deliciosos platos, servidos a la usanza medieval de la diplomacia.
  • Los presidentes vuelan en aviones y helicópteros. Se movilizan en caravanas llenas de carros, que entorpecen el tráfico y molestan a la gente.
  • En esta sociedad moderna, en donde manda la tecnología, los seres humanos no creen en los reyes enviados por Dios a la Tierra y ven, con desprecio y ridiculez, a los gobernantes disfrazados de reyes y viviendo en palacios.
  • Los ciudadanos del mundo entero quieren gobernantes que sean personas comunes y corrientes. Personas que vivan como vive la mayoría, que coman lo que come la mayoría, que se vistan como se viste la mayoría, que hablen como habla la mayoría. Que sean personas de carne y hueso, que cometen errores y aciertos, que disfrutan y se entretienen, que lloran y ríen.
  • Hoy, el presidente Noboa tiene la gran oportunidad de ser una persona común y corriente. Tiene la oportunidad de ser un gobernante de los nuevos tiempos y no, un rey.
  • El presidente Noboa debe alejarse de los adulones, de los amigos interesados y debe tener información permanente de lo que piensa y siente la gente.
  • El Presidente debe seguir siendo ese ciudadano diferente. Que se viste, habla y se comporta distinto que los políticos con olor a guardado.
  • El presidente Noboa, debe huir del ego y de la vanidad. Debe evitar a toda costa enfermarse de hubris (endiosamiento).